Contradicciones en la Sociedad Mundial

Octava: hay profundas contradicciones en la sociedad mundial naciente que hacen totalmente insegura la supervivencia misma de nuestra especie, mucho menos la estabilización y viabilidad de mediano a largo plazo del capitalismo mundial, y presagian un prolongado conflicto social global.

La estructura de producción, distribución y consumo mundial refleja cada vez más el desigual patrón de ingresos. Por ejemplo, bajo el nuevo apartheid social mundial, el turismo es la actividad económica de más rápido crecimiento e incluso el medio de subsistencia de muchas economías del Tercer Mundo. Esto no significa que más personas realmente disfruten los frutos del ocio y los viajes internacionales; significa que 20 por ciento de la humanidad tiene cada vez más ingresos disponibles, lo cual es simultáneo a la contracción del consumo por parte del 80 por ciento restante. Este 80 por ciento se ve obligado a brindar todo tipo de servicios cada vez más frívolos y a orientar su actividad productiva a satisfacer las necesidades y los deseos de lujo de ese 20 por ciento24. Las fuerzas de seguridad privada y las prisiones son ahora el principal sector de crecimiento de Estados Unidos y otros países del norte.

El apartheid social genera decadencia. Las "ciudades fortalezas" militarizadas y el "apartheid espacial" son necesarios para el control social en una situación en que una parte cada vez menor de la humanidad puede realmente consumir las cosas esenciales de la vida, mucho menos productos de lujo.26 A medida que el capitalismo maduraba a fines del siglo XIX en el norte, la tendencia inherente a la acumulación de capital hacia una concentración de ingresos y recursos productivos, y la polaridad social y el conflicto político que genera, fue compensada por dos factores. El primero fue la intervención de los estados para regular la operación del libre mercado, guiar la acumulación y capturar y redistribuir los excedentes. El segundo fue el surgimiento del imperialismo moderno para compensar las tendencias polarizantes inherentes al proceso de acumulación de capital en el norte, de forma tal que el conflicto social mundial era generalmente transferido al sur.

Esos dos factores por tanto impidieron, en el centro del sistema mundial, la polaridad social
generada por el capitalismo. Pero al reducir o eliminar la capacidad de los estados individuales de regular la acumulación de capital y captar excedentes, la polarización esta trayendo ahora -a nivel mundial- precisamente la polarización entre una minoría rica y una mayoría pobre pronosticada por Karl Marx. Sin embargo, esta vez no hay "nuevas fronteras" ni tierras vírgenes para la colonización capitalista que pudieran compensar o balancear las consecuencias sociales y políticas de la polarización global. Por lo tanto, el mal endémico del capitalismo desenfrenado es el conflicto social intensificado, que a su vez engendra constantes crisis políticas e inestabilidad, dentro de los países y entre los países.

En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, el norte pudo pasar al sur gran parte del conflicto social como resultado conjunto de una transferencia imperialista de riqueza del sur al norte y la redistribución de esta riqueza en el norte mediante intervención estatal keynesiana. En el Tercer Mundo se libraron no menos de 160 guerras de 1945 a 1990. Sin embargo, la globalización encierra un cambio distinto en la contienda mundial del conflicto interestatal (que reflejaba determinada correspondencia entre clases y naciones en la fase del capitalismo nacional) al conflicto de clases mundial. El informe del PNUD de 1994 resalta un cambio de "un patrón de guerras entre estados a guerras en el seno de los estados." De los 82 conflictos armados entre 1989 y 1992, solo tres fueron entre estados. "Aunque con frecuencia son atribuidos a divisiones étnicas, muchos tienen carácter político o económico," dice el informe. Entre tanto, los gastos militares mundiales en 1992 fueron
de 815 mil millones de dólares (725 mil millones de los cuales correspondieron a los países ricos del norte), una cifra igual al ingreso combinado del 49 por ciento de la población mundial en ese mismo año.

El período de inestabilidad política mundial que enfrentamos va de guerras civiles en la antigua Yugoslavia y en numerosos países africanos al conflicto social que se gesta en América Latina y Asia, disturbios civiles endémicos, unas veces de poca envergadura y otras de gran envergadura, en los Ángeles, París, Bonn y la mayoría de las metrópolis de los países norteños. La incierta supervivencia y las inseguridades que representa el capitalismo mundial induce diversas formas de fundamentalismos, localismos, nacionalismos y conflicto racial y étnico. Como clase gobernante a escala mundial, la burguesía transnacional ha empujado a la humanidad a una crisis de civilización. 

La vida social bajo el capitalismo mundial es cada vez más deshumanizante y esta cada vez más desprovista de todo contenido ético. Pero nuestra crisis es más profunda: Estamos ante una crisis de la especie27. Como muchos analistas han señalado, contradicciones estructurales bien conocidas analizadas por Marx hace cien años como son la sobre acumulación, el subconsumo y la tendencia al estancamiento, se exacerban con la globalización. Empero, aunque estas contradicciones "clásicas" generan crisis social y decadencia cultural, las nuevas contradicciones asociadas al capitalismo de la segunda mitad del siglo XX -a saber, la incompatibilidad de la reproducción del capital y de la naturaleza conducen a un holocausto ecológico que amenaza la supervivencia de nuestra especie y de la vida misma en nuestro planeta.

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