Mototaxismo, comercio informal y confianza legítima
La
Constitución Política de 1991 establece que las actuaciones de los particulares
y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena fe,
la cual se presumirá en todas las actuaciones. De este postulado surge el
principio de la confianza legítima.
Este
principio consiste en que la administración, por medio de su conducta uniforme,
hace entender al ciudadano que su actuación desplegada durante un tiempo está
conforme con la ley.
En este
sentido, la administración no podría de manera intempestiva cambiar las
condiciones en que se encuentra el administrado, el cual está convencido de que
su actuar se ajusta a derecho. Según la Corte Constitucional, este principio
busca proteger a los ciudadanos de los cambios arbitrarios e inesperados efectuados
por las autoridades.
Muchos
han sido los casos en que inicialmente existe una complacencia Estatal sobre
las actuaciones de particulares (generando a veces una falsa confianza
legítima) pero que posteriormente es atacada por el mismo Estado por considerarla
violatoria de algún bien jurídico.
Uno de
ellos que causó alto impacto fue el de las pirámides, el cual se toleró por
mucho tiempo y luego fue declarado ilegal, originando millonarias pérdidas en
los ciudadanos que actuaron con el convencimiento de su legalidad.
Otro
caso similar es el del mototaxismo, práctica que se ha venido realizando bajo
la mirada impávida y permisiva del Estado durante mucho tiempo. Ahora, cuando
la práctica se encuentra desbordada y normativamente fue prohibido, es atacado
policivamente acarreando una problemática social.
Un
último ejemplo de confianza legítima que a diario se presenta es el del
comercio informal. El ciudadano observa la instalación de una venta ambulante
en el espacio público sin que la autoridad ejerza control inmediato.
Posteriormente se instalan más y más ventas en el mismo punto y al poco tiempo
(cuando ya hay docenas), el Estado decide levantarlas del espacio público
generando con ello un conflicto social.
La
presencia del Estado en todas las actividades del ciudadano debe ser real,
permanente y ajustada a la Constitución y a la ley. Sin Estado, como lo afirmó
Hegel, no hay historia ni cultura ni humanidad. Sin presencia estatal hay
simplemente anarquía.
Director Grupo Nuevas Visiones del Derecho – Universidad Surcolombiana
Director Grupo Nuevas Visiones del Derecho – Universidad Surcolombiana
ES BUENO RECORDAR QUE EL HAMBRE ES UN PROBLEMA SOCIAL, Y PROMOVERLA ES ATENTAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA CASI UN INTENTO DE HOMICIDIO, LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS Y LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DEBEN PRONUNCIARSE ANTE ESTA ABERRACION JURIDICA QUE PROMUEVE EL ESTADO CON BOMBOS Y PLATILLOS
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