BOLETIN EL INFORMAL


Se habla de la paz… y lo social?

Asesinatos, narcotráfico, bandas criminales, gobernadores y alcaldes, destituidos pero no condenados, políticos que saquean el botín del pueblo para hacerse elegir, este es el contubernio que tiene a nuestro país estigmatizado y pudriéndose en la miseria,  cuatro millones de desplazados, el 10 por ciento de los habitantes de los municipios piden limosna, el ochenta por ciento de los entes estatales,  están en bancarrota por que se robaron sus recursos y los municipios luchan bajo la tenaza de la temible ley 550.

Hospitales y clínicas, hasta el fosiga  y todo el sector de la salud colapsado, quebrado o en déficit. Alrededor de 14000 desmovilizados sin trabajo y sin apoyo para su reintegración a la sociedad,  pues la única experiencia que acreditan es la del gatillo.

Entre el 55 y 65%  de los colombianos viven en la pobreza y un 20 por ciento es indigente,  aunque el DANE cambie las fórmulas,  para medir la pobreza,  no puede desaparecer por arte de magia la realidad. La educación acribillada y en franco deterioro,  el criminal de las bandas emergentes se pasea en todos los municipios,  ante la mirada aterrorizada de sus víctimas,  que nada pueden hacer,  pues las autoridades son sus cómplices, los departamentos azotados por el terror, tienen que sufrir el saqueo,  la desidia, la corrupción y los malos manejos de sus gobernantes,   con todo lo anterior es indispensable,  que todo dialogo de paz,  incluya lo social como eje central,  pues mientras haya una sociedad desconocida por el mismo estado,  todo proceso de dialogo no será más que un monologo gobiernista.

La guerra no la hace solo un actor,  pues  esta nutrida por muchos mercaderes de la muerte,  que obviamente no tendrán ningún interés,  en que estos acuerdos progresen,  por lo tanto es urgente entonces, instaurar en cada colombiano una cultura de paz que se exprese en el ejercicio de una verdadera  DEMOCRACIA con justicia social, reparación para las víctimas  de la guerra y castigo para quienes desde el estado se empeñen en ella.

Se debe reconocer que no es una tarea fácil y que constituye un desafío de enormes proporciones, no podemos pensar en una paz de vencedores y vencidos,  pero si debemos evitar sembrar nuestras territorios,  de más dolores, lagrimas, y retaliaciones. Es urgente desmontar los  aparatos politiqueros para que no entorpezcan  este proceso; es importante crear una agenda integral, que atienda los temas inmediatos y básicos que incluya una política real de restitución de tierras,  en pro de la defensa del territorio por que los colombianos, no queremos ser,  en un futuro ´UNA COLONIA MÁS DE ESTADOS UNIDOS´.

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