Este año el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos
Humanos en Colombia fue para un
sindicalista
–Lo ganó
José Milciades Sánchez Ortiz, directivo de Sintraunicol–
En un país como Colombia, donde las vías
institucionales muchas veces están cerradas para acceder a los derechos
ciudadanos, convocar y participar de la movilización y la protesta social se
convierte en un derecho civil y político.
Así lo ha entendido, y lo ha hecho norma de
vida, José Milciades Sánchez Ortiz, un empleado de la Universidad del Valle,
coordinador del Comité de Derechos Humanos del sindicato Sintraunicol, quien
lleva más de veinte años defendiendo lo público y reivindicando la movilización
y la protesta social, un mérito que este año le valió ser uno de los ganadores
del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos.
“Es un gran reconocimiento, no solo
a mi trabajo sino al de todos los defensores de derechos humanos de la región
del Valle, que están muy contentos porque es como si lo hubieran recibido ellos
también. Se los ofrezco a todos los que me han acompañado en la lucha”,
dijo Milciades a esta agencia una vez tuvo el premio en sus manos.
Se trata de un premio
que desde hace 5 años otorga la comunidad internacional con el liderazgo de
Diakonia, una organización no gubernamental de Suecia que, con valores de
inspiración cristiana, coopera en diversos países para mejorar la vida de las
personas más vulnerables. Se entrega cada 9 de septiembre en Bogotá, en el
marco del Día Nacional de los Derechos Humanos y de la Semana por la Paz.
El propósito de este
premio,
que se entrega en 4 categorías, es
reconocer, destacar y enaltecer la labor de hombres, mujeres y organizaciones
que defienden los Derechos Humanos, algunas veces de manera anónima e
invisible, asumiendo los riesgos que implica su compromiso con las comunidades
y los derechos. Parte del principio de que los defensores realizan un aporte
fundamental a la construcción de la paz y la memoria histórica de los derechos
humanos en Colombia.
En total
fueron 48 los procesos y personas nominadas este año para el
premio. Sánchez Ortiz ganó la categoría “Defensor del año”. La categoría
proceso colectivo la ganó el Foro Interétnico Solidaridad Chocó-FISCH; en la
categoría experiencia colectiva el ganador fue la Corporación Colectivo de
Abogado Luis Carlos Pérez, una organización que acompaña a las
víctimas de violaciones de derechos humanos en Catatumbo, Sur de Bolívar y
Nordeste Antioqueño. Y el premio a "Toda
una vida" fue para la defensora de derechos humanos, María Ruth Sanabria, una
mujer que acompaña procesos de restitución de tierras y representa víctimas del
genocidio de la Unión Patriótica.
“Por mi cabeza no pasó ganarme ese premio. Para mí fue una gran
sorpresa, pues esperaba que lo ganaran dos mujeres indígenas mujeres Wayú, de
La Guajira, luchadoras fuertes en el tema de la minería en El Cerrejón y la
contaminación ambiental, y el problema de la desnutrición de los niños”,
señaló Milcíades Sánchez.
Agregó que para él y los demás ganadores de
esta 5ª versión del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos, éste
llega en un momento coyunturalmente importante: la firma de los acuerdos de paz
entre el Gobierno y las FARC, que trae una inmensa esperanza en la construcción
de la paz, reconociendo a quienes defienden los derechos humanos e incluso han
dado su vida por esta causa.
Quién es
Milciades Sánchez
Es un caleño de 53 años
de edad y padre de dos hijas. Dice que su espíritu de lucha lo heredó de su
madre, también líder gremial, y también empleada de la Universidad del Valle,
ya jubilada.
Milciades está
vinculado a esta Universidad desde hace tres décadas, primero como contratista
y en los últimos 15 años como empleado de planta, en el área de gestión
documental. Desde ese momento se vinculó al sindicato Sintraunicol Subdirectiva
Cali, donde ha ocupado todos los cargos directivos.
Actualmente es miembro
de la Junta Nacional de Sintraunicol, responsable del área de Derechos Humanos,
que ha venido fortaleciendo en las 24 subdirectivas que Sintraunicol tiene en
todo el país.
Uno de los logros más importantes –dice– es
comprobar que su labor tiene resonancia más allá del ámbito de la
reivindicación sindical. Su lucha la ha extendido a la población civil y a las
comunidades, a las que ha unido su voz y su esfuerzo en la defensa de lo público
y de los derechos que le son negados o conculcados.
Es
por ello que su nominación al premio a los Derechos Humanos convocado Diakonia
no la hizo el sindicato sino la Corporación para el Desarrollo Regional, que
valoró su participación y aportes a la lucha comunitaria y la defensa del
patrimonio público.
“El sindicato debe trascender las cuatro paredes. Si bien debe responder
y atender las peticiones de la base en temas de reivindicaciones laborales, es
fundamental que acompañe procesos y luchas sociales de la gente del común, por
fuera del sindicalismo. Pero hay compañeros que consideran que el sindicato no
debe estar en esas luchas, pero yo digo que sí. Yo me gané ese espacio y eso
hace parte del reconocimiento que me han hecho”, concluyó Milciades.
Publicado 14 de septiembre de 2016.
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