LA INFORMALIDAD COLOMBIANA EN EMERGENCIA SOCIAL

Atentado 
al sistema alimentario de los Colombianos.

La informalidad colombiana esta poniendo a prueba un nuevo orden territorial en todos sus aspectos, la privatización de los servicios públicos, el recorte de los gastos sociales y de los derechos laborales, el derrumbe de las medianas y pequeñas empresas, la precarización y tercerización del empleo, el aumento del desempleo y de la pobreza por desempleo o subempleo, el crecimiento de la deuda individualizante por núcleo familiar, la mayor concentración económica en pocas personas, la corrupción institucional, el desplazamiento interno en las ciudades y la profundización de las desigualdades; muestran un panorama de incertidumbre en donde el trabajo informal de muchos ciudadanos, ocupantes del espacio público, se presentan como formas diversas cada vez más importantes para garantizar la subsistencia ciudadana.

La economía colombiana,  esta ligada a  la negociación de las interacciones entre la ley nacional y los agentes económicos supranacionales, el objetivo del estado colombiano ha sido facilitar las operaciones en contra de la ciudadanía, ha eliminado los obstáculos de las compañías nacionales para garantizar y optimizar, la capacidad técnica, administrativa y militar del Estado colombiano, apoderándose de los derechos de propiedad y los contratos.

Los elementos de esta negociación se destacan, en la importancia de la autonomía de los bancos centrales, las políticas anti inflacionarias, las condiciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, Fondo monetario internacional FMI, El Banco Interamericano de Desarrollo BID,  como financistas y promotores de procesos de privatización y desregulación laboral, el papel del Estado colombiano ha pasado a ser el de producir y legitimar los nuevos regímenes legales a favor del interés particular, ajustando sus marcos normativos y sus aparatos burocráticos por encima de la constitución y las leyes, violando el derecho internacional, las políticas laborales que promueve la OIT, y los derechos humanos fundamentales.

El desempleo y la informalidad son procesos que pasan desapercibidos, e invisibilizados en la estructura gubernamental y las luchas sociales,  quienes en su debilidad, político-organizativo se muestran, como una aristocracia más de la sociedad,  con una mayoría de trabajadores precarios, muy ajenos a las vivencias ciudadanas.

La informalidad colombiana requiere urgentemente que la sociedad abra el debate legislativo para examinar e identificar distintos aspectos como: el vínculo que se establece entre ciudadanía, nacionalidad y el marco de los derechos humanos; la rearticulación del campo de los derechos y el papel que juega el Estado como responsable y garante de los mismos y  la pertinencia de que se declare la informalidad en emergencia social para la búsqueda de una condición que articule las demandas de la ciudadanía.

La ciudad se transforma, de este modo, en un lugar donde sujetos políticos no formales construyen la escena política que permite una amplia gama de intervenciones, ocupación de espacios auto gestionados, luchas por los derechos de los desplazados internos en las ciudades y de la informalidad laboral quienes son víctimas de normas discriminatorias, lo que hace posible la formación de nuevas subjetividades y terrenos de experimentación, que interactúan al margen del sistema político formal, en otros términos se propone que la solución de la problemática  informal,  esta en que la sociedad sea flexible en lo político con carácter de universalización y reconocimiento humanitario, sobre los umbrales y límites de la tolerancia y convivencia.

















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