LA NUEVA ESTRATEGIA Y LA COYUNTURA ELECTORAL
OTROS
SECTORES SOCIALES POTENCIALMENTE REVOLUCIONARIOS
Por otro lado, es importante
destacar la existencia de tres sectores sociales que tienen en Colombia una
importancia primordial. Uno es, el de los pequeños y medianos empresarios y
productores industriales y agrarios. No son propiamente burgueses, son pequeños
burgueses. Este sector se puede unir a las masas populares alrededor de un
programa contra la corrupción, la politiquería, el clientelismo, la falta de
transparencia y la ineficiencia político-administrativa de la casta política.
Ya se han expresado de diferentes maneras pero la izquierda los asusta con sus
posiciones nacionalistas estrechas y con sus predicamentos
"estatistas". Este sector social – en esencia pequeño-burgués –
defiende el capitalismo y le teme a lo que fue el socialismo en el siglo XX en
Rusia. Sin embargo, es una fuerza potencialmente revolucionaria y democrática.
Otro sector es el de los
trabajadores del Estado (educación, salud y servicios). Estos trabajadores son
los que mantienen – precariamente – al movimiento sindical. De ser vanguardia
de las luchas populares durante las décadas de los años 70s y 80s del siglo
pasado, hoy están a la defensiva ante la ofensiva privatizadora que ha
desarrollado la burguesía trans-nacionalizada. Es el sector de clase más
propicio a entablar alianzas con la "burguesía burocrática" con la
que coincide en construir un Estado interventor, paternalista y
asistencialista. Para que estos trabajadores retomen la iniciativa debe
impulsarse una especie de reingeniería mental y política para involucrarlos en
un proceso que rompa con la ilusión remota del "Estado de Bienestar"
y los integre a las nuevas corrientes de cambio. En Ecuador y Bolivia están
enfrentados con los gobiernos de Correa y Evo.
Y finalmente están los
"profesionales precariados", la Nueva Clase Trabajadora, el
"nuevo proletariado", los "proletarios con título" y los
"proletarios con emprendimiento". Son millones de profesionales y
técnicos que a pesar de su capacitación profesional están cada vez en
condiciones similares o peores a la de los trabajadores asalariados. La mayoría
no son propietarios de medios de producción o si los tienen – ej., un pequeño
emprendimiento – están completamente subordinados y al servicio de las grandes
transnacionales y de la burguesía financiera. En su mayoría dependen de un
salario, trabajan con la mente, el conocimiento y la información, y sus
ingresos se reducen año tras año. Sus condiciones laborales cada día se hacen
más difíciles. La constante son los contratos temporales bajo la modalidad de
"contratos de prestación de servicios". Los que tienen una pequeña
empresa trabajan 14 o 16 horas diarias, viven endeudados y pagan altos
impuestos. Muchos se encuentran desempleados o hacen parte del subempleo
estructural que existe en Colombia.
Estos tres sectores pueden jugar
un papel importante en esta fase de la revolución colombiana pero se debe
entender que los pequeños productores y los "profesionales
precarizados" no son totalmente nacionalistas, al estilo de las
revoluciones nacionalistas del siglo XX. Son conscientes de la globalización de
la economía y de una u otra manera sobreviven en medio de ella, tienen una
mentalidad cosmopolita y global, están desarrollando otra visión del desarrollo
económico, empiezan a madurar nuevos métodos para romper el monopolio de las
grandes transnacionales, aspiran a contar con la ayuda del Estado pero no en
términos de expropiaciones y control estatal de la economía como ocurre en
Venezuela. Ya empiezan a mostrar nuevas dinámicas económicas (pro-común
colaborativo, economía de equivalencias, solidaridades transversales, prácticas
de "bienes comunes", manejos novedosos del internet y las
comunicaciones) que requieren de nuevas miradas y concepciones políticas
adecuadas por parte de los demócratas y la izquierda.[5]
LA
NUEVA ESTRATEGIA Y LA COYUNTURA ELECTORAL DE LA ALCALDÍA DE BOGOTÁ
Los demócratas colombianos y
particularmente la izquierda bogotana tienen la oportunidad de desarrollar una
nueva estrategia política en la actual coyuntura electoral de 2015 para
gobiernos locales y regionales.
Esa estrategia consiste en hacer
los máximos esfuerzos por unificar a todos los sectores independientes,
alternativos, socialdemócratas, liberales sociales, progresistas y de
izquierda, alrededor de una candidatura políticamente viable.
En esta contienda la teoría del
enemigo principal – Uribe –, no aplica. La contradicción principal está entre
quienes quieren profundizar los cambios y transformaciones de tipo social y
aquellos que desean regresar la rueda de la historia para colocar la
administración capitalina al servicio de los partidos políticos corruptos
aliados de todo tipo de monopolios y mafias.
Poco a poco los que se lucran de
la propiedad de la tierra, los dueños de los grandes negocios de la
construcción, los que controlan el manejo y van por la privatización de las
empresas de servicios públicos, los que impulsan un modelo de ciudad al servicio
del gran capital, y en general, los que están jugados por derrotar la política
de la "Bogotá Humana", se están unificando, muestran su verdadero
rostro y tratan de aprovechar algunas falencias gerenciales del actual alcalde
Petro para derrotar a la Izquierda.
Por ello la prioridad para las
fuerzas democráticas es la unidad entre el Polo Democrático Alternativo, los
Progresistas-petristas, los Progresistas de Alianza Verde, la gente de la ASI y
otros sectores ciudadanos organizados que recogen numerosos sectores de la
población que luchan por conquistar espacios democráticos como las mujeres, los
ambientalistas, los LGTBI, los animalistas, los ciclistas ecológicos, los
trabajadores de la cultura, y en general la juventud capitalina. Hay mucho por
explorar en esa unidad que no debe limitarse a los partidos políticos
organizados. El potencial es enorme si se mira más allá de las estructuras
tradicionales y se exploran las llamadas "nuevas ciudadanías"[6].
Rafael Pardo podrá presentarse
como "progresista" pero siempre ha demostrado que está al servicio de
las políticas neoliberales. Además está preso de las fuerzas más corruptas de
la Unidad Nacional. Y por otro lado, así llegara a acuerdos con la izquierda,
muchos de sus votantes van a preferir votar por un candidato de la derecha, así
sea un uribista. Es mejor que Pardo canalice individualmente esos votos e
impida que el "frente contra la izquierda" que empuja Enrique
Peñalosa y Carlos Fernando Galán, se convierta en una realidad.
La unidad de las izquierdas y el
centro-izquierda puede ser la antesala de un Gran Frente o Coalición
Democrática para el 2018 que garantice el triunfo de las fuerzas democráticas.
¿Cómo hacerlo? Básicamente
entendiendo la urgencia de la unidad y la pertinencia de llegar a acuerdos.
Clara López debe entender que el proyecto político de la "Bogotá
Humana" tiene elementos de máxima importancia que deben defenderse. Y
Petro debe comprender que la única forma de darle continuidad y mejorar ese
programa, es con la izquierda unida en su conjunto.
Descartar las ilusiones en los
supuestos sectores "democráticos", "progresistas" y o
"democráticos" de la burguesía, es el aspecto principal. Derrotar los
egos y las prevenciones, es parte de esa tarea. Precisar los contenidos de los
programas para tener bases ciertas para los acuerdos es el paso siguiente e
inmediato. Definir procedimientos, nombrar compromisarios de gran experiencia y
credibilidad, y de frente a la población, reconocer los errores que se hayan
cometido, son pasos fundamentales para retener la Alcaldía de Bogotá en cabeza
de los sectores democráticos y de izquierda, en beneficio de la mayoría de los
bogotanos.
Si lo hacemos de esa manera,
daremos un paso importante en el camino de llegar al gobierno nacional en 2018.
IDEA
ESTRATÉGICA POR DESARROLLAR
Acceder al gobierno local,
departamental y nacional no es suficiente para resolver los problemas que ha
generado la política neoliberal y para enfrentar la crisis sistémica y
ambiental que es el resultado catastrófico del modo de producción capitalista
vigente. Se requiere paralelamente desarrollar un proceso de construcción de
Democracia Directa. Álvaro García Linera habla de la "democracia de la
calle", de la "democracia plebeya" pero la reduce a una especie
de ayudante de la democracia representativa, para garantizar una "nueva
gobernabilidad"[7].
En Colombia se puede y debe
construir una corriente anti-sistémica (anti-capitalista y post-capitalista)
que haga parte del "movimiento democrático", que actúe con
"paciencia estratégica"[8], ayude a derrotar a los partidos tradicionales, construir verdadera Paz
y desencadenar un proceso de democratización del país.
Ese será el tema de un próximo
artículo: ¿Pueden y deben los revolucionarios anti-capitalistas hacer parte del
"movimiento democrático"?
[1] Chulavitas:
fuerzas armadas – oficiales y paramilitares – que utilizó el gobierno
conservador de Mariano Ospina Pérez contra los campesinos que luchaban por la
tierra.
[2] Gringo:
Palabra utilizada por el pueblo mexicano ante la invasión estadounidense de su
territorio. "Green-go", o sea, "verdes váyanse", era la
frase utilizada durante la guerra de los EE.UU. contra México que despojó a
éste último país de lo que hoy son los estados de California, Nuevo México,
Arizona y Texas.
[3] La
excepción de esos industriales fue Hernán Echevarría Olózaga, pero el conjunto
de la burguesía antioqueña demostró ser profundamente reaccionaria.
[5] Jeremy
Rifkin. "La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el
procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo". Editorial PAIDÓS – Estado
y Sociedad. Barcelona, España. 2014
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