LA NUEVA ESTRATEGIA Y LA COYUNTURA ELECTORAL

OTROS SECTORES SOCIALES POTENCIALMENTE REVOLUCIONARIOS
 Por: Fernando Dorado
Por otro lado, es importante destacar la existencia de tres sectores sociales que tienen en Colombia una importancia primordial. Uno es, el de los pequeños y medianos empresarios y productores industriales y agrarios. No son propiamente burgueses, son pequeños burgueses. Este sector se puede unir a las masas populares alrededor de un programa contra la corrupción, la politiquería, el clientelismo, la falta de transparencia y la ineficiencia político-administrativa de la casta política. Ya se han expresado de diferentes maneras pero la izquierda los asusta con sus posiciones nacionalistas estrechas y con sus predicamentos "estatistas". Este sector social – en esencia pequeño-burgués – defiende el capitalismo y le teme a lo que fue el socialismo en el siglo XX en Rusia. Sin embargo, es una fuerza potencialmente revolucionaria y democrática.

Otro sector es el de los trabajadores del Estado (educación, salud y servicios). Estos trabajadores son los que mantienen – precariamente – al movimiento sindical. De ser vanguardia de las luchas populares durante las décadas de los años 70s y 80s del siglo pasado, hoy están a la defensiva ante la ofensiva privatizadora que ha desarrollado la burguesía trans-nacionalizada. Es el sector de clase más propicio a entablar alianzas con la "burguesía burocrática" con la que coincide en construir un Estado interventor, paternalista y asistencialista. Para que estos trabajadores retomen la iniciativa debe impulsarse una especie de reingeniería mental y política para involucrarlos en un proceso que rompa con la ilusión remota del "Estado de Bienestar" y los integre a las nuevas corrientes de cambio. En Ecuador y Bolivia están enfrentados con los gobiernos de Correa y Evo.

Y finalmente están los "profesionales precariados", la Nueva Clase Trabajadora, el "nuevo proletariado", los "proletarios con título" y los "proletarios con emprendimiento". Son millones de profesionales y técnicos que a pesar de su capacitación profesional están cada vez en condiciones similares o peores a la de los trabajadores asalariados. La mayoría no son propietarios de medios de producción o si los tienen – ej., un pequeño emprendimiento – están completamente subordinados y al servicio de las grandes transnacionales y de la burguesía financiera. En su mayoría dependen de un salario, trabajan con la mente, el conocimiento y la información, y sus ingresos se reducen año tras año. Sus condiciones laborales cada día se hacen más difíciles. La constante son los contratos temporales bajo la modalidad de "contratos de prestación de servicios". Los que tienen una pequeña empresa trabajan 14 o 16 horas diarias, viven endeudados y pagan altos impuestos. Muchos se encuentran desempleados o hacen parte del subempleo estructural que existe en Colombia.

Estos tres sectores pueden jugar un papel importante en esta fase de la revolución colombiana pero se debe entender que los pequeños productores y los "profesionales precarizados" no son totalmente nacionalistas, al estilo de las revoluciones nacionalistas del siglo XX. Son conscientes de la globalización de la economía y de una u otra manera sobreviven en medio de ella, tienen una mentalidad cosmopolita y global, están desarrollando otra visión del desarrollo económico, empiezan a madurar nuevos métodos para romper el monopolio de las grandes transnacionales, aspiran a contar con la ayuda del Estado pero no en términos de expropiaciones y control estatal de la economía como ocurre en Venezuela. Ya empiezan a mostrar nuevas dinámicas económicas (pro-común colaborativo, economía de equivalencias, solidaridades transversales, prácticas de "bienes comunes", manejos novedosos del internet y las comunicaciones) que requieren de nuevas miradas y concepciones políticas adecuadas por parte de los demócratas y la izquierda.[5]

LA NUEVA ESTRATEGIA Y LA COYUNTURA ELECTORAL DE LA ALCALDÍA DE BOGOTÁ

Los demócratas colombianos y particularmente la izquierda bogotana tienen la oportunidad de desarrollar una nueva estrategia política en la actual coyuntura electoral de 2015 para gobiernos locales y regionales.

Esa estrategia consiste en hacer los máximos esfuerzos por unificar a todos los sectores independientes, alternativos, socialdemócratas, liberales sociales, progresistas y de izquierda, alrededor de una candidatura políticamente viable.
En esta contienda la teoría del enemigo principal – Uribe –, no aplica. La contradicción principal está entre quienes quieren profundizar los cambios y transformaciones de tipo social y aquellos que desean regresar la rueda de la historia para colocar la administración capitalina al servicio de los partidos políticos corruptos aliados de todo tipo de monopolios y mafias.

Poco a poco los que se lucran de la propiedad de la tierra, los dueños de los grandes negocios de la construcción, los que controlan el manejo y van por la privatización de las empresas de servicios públicos, los que impulsan un modelo de ciudad al servicio del gran capital, y en general, los que están jugados por derrotar la política de la "Bogotá Humana", se están unificando, muestran su verdadero rostro y tratan de aprovechar algunas falencias gerenciales del actual alcalde Petro para derrotar a la Izquierda.

Por ello la prioridad para las fuerzas democráticas es la unidad entre el Polo Democrático Alternativo, los Progresistas-petristas, los Progresistas de Alianza Verde, la gente de la ASI y otros sectores ciudadanos organizados que recogen numerosos sectores de la población que luchan por conquistar espacios democráticos como las mujeres, los ambientalistas, los LGTBI, los animalistas, los ciclistas ecológicos, los trabajadores de la cultura, y en general la juventud capitalina. Hay mucho por explorar en esa unidad que no debe limitarse a los partidos políticos organizados. El potencial es enorme si se mira más allá de las estructuras tradicionales y se exploran las llamadas "nuevas ciudadanías"[6].

Rafael Pardo podrá presentarse como "progresista" pero siempre ha demostrado que está al servicio de las políticas neoliberales. Además está preso de las fuerzas más corruptas de la Unidad Nacional. Y por otro lado, así llegara a acuerdos con la izquierda, muchos de sus votantes van a preferir votar por un candidato de la derecha, así sea un uribista. Es mejor que Pardo canalice individualmente esos votos e impida que el "frente contra la izquierda" que empuja Enrique Peñalosa y Carlos Fernando Galán, se convierta en una realidad.

La unidad de las izquierdas y el centro-izquierda puede ser la antesala de un Gran Frente o Coalición Democrática para el 2018 que garantice el triunfo de las fuerzas democráticas.

¿Cómo hacerlo? Básicamente entendiendo la urgencia de la unidad y la pertinencia de llegar a acuerdos. Clara López debe entender que el proyecto político de la "Bogotá Humana" tiene elementos de máxima importancia que deben defenderse. Y Petro debe comprender que la única forma de darle continuidad y mejorar ese programa, es con la izquierda unida en su conjunto.

Descartar las ilusiones en los supuestos sectores "democráticos", "progresistas" y o "democráticos" de la burguesía, es el aspecto principal. Derrotar los egos y las prevenciones, es parte de esa tarea. Precisar los contenidos de los programas para tener bases ciertas para los acuerdos es el paso siguiente e inmediato. Definir procedimientos, nombrar compromisarios de gran experiencia y credibilidad, y de frente a la población, reconocer los errores que se hayan cometido, son pasos fundamentales para retener la Alcaldía de Bogotá en cabeza de los sectores democráticos y de izquierda, en beneficio de la mayoría de los bogotanos.

Si lo hacemos de esa manera, daremos un paso importante en el camino de llegar al gobierno nacional en 2018.

IDEA ESTRATÉGICA POR DESARROLLAR

Acceder al gobierno local, departamental y nacional no es suficiente para resolver los problemas que ha generado la política neoliberal y para enfrentar la crisis sistémica y ambiental que es el resultado catastrófico del modo de producción capitalista vigente. Se requiere paralelamente desarrollar un proceso de construcción de Democracia Directa. Álvaro García Linera habla de la "democracia de la calle", de la "democracia plebeya" pero la reduce a una especie de ayudante de la democracia representativa, para garantizar una "nueva gobernabilidad"[7].
En Colombia se puede y debe construir una corriente anti-sistémica (anti-capitalista y post-capitalista) que haga parte del "movimiento democrático", que actúe con "paciencia estratégica"[8], ayude a derrotar a los partidos tradicionales, construir verdadera Paz y desencadenar un proceso de democratización del país.
Ese será el tema de un próximo artículo: ¿Pueden y deben los revolucionarios anti-capitalistas hacer parte del "movimiento democrático"?


[1] Chulavitas: fuerzas armadas – oficiales y paramilitares – que utilizó el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez contra los campesinos que luchaban por la tierra.
[2] Gringo: Palabra utilizada por el pueblo mexicano ante la invasión estadounidense de su territorio. "Green-go", o sea, "verdes váyanse", era la frase utilizada durante la guerra de los EE.UU. contra México que despojó a éste último país de lo que hoy son los estados de California, Nuevo México, Arizona y Texas.
[3] La excepción de esos industriales fue Hernán Echevarría Olózaga, pero el conjunto de la burguesía antioqueña demostró ser profundamente reaccionaria.
[4] Francisco Mosquera. "Lecciones de táctica y de lucha interna". 1978

[5] Jeremy Rifkin. "La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo". Editorial PAIDÓS – Estado y Sociedad. Barcelona, España. 2014

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