EL MOTOTRABAJADOR TRADUCE DEUDA O ESCLAVITUD MODERNA

La informalidad en motocicleta, El mototaxismo, los mototrabajadores, la informalidad directa, en 2022 se presentan en la sociedad colombiana, como la caja menor de grupos particulares mal llamados, empresa privada, o mafias pequeñas, con fachada jurídica del régimen comercial, y particular.

Su respaldo jurídico, tiene base en acuerdos, convenios, entre secretarias de tránsito, decretos municipales, dueños de parqueaderos, de grúas, algunos concejales, corporaciones de concejos municipales que usufructúan dineros de un trabajo ilegal, al que, ni, el poder ejecutivo, ni el poder legislativo, ni las centrales obreras han podido reconocer, pero que hace más de 30 años viene creciendo en Colombia.

Se trata de la otra economía de Colombia, que ronda por fuera de la norma, que hace que la informalidad directa sobreviva en el contorno urbano y rural. Es este un territorio ignoto, al que la plaga del neoliberalismo, marcó el sendero de las finanzas públicas, convirtiendo el territorio invisible para la sociedad actual, en escenario útil, para la extracción de recursos económicos. Para lucrar al micro poder de algunas alcaldías y secretarias de tránsito, con el visto bueno del ministerio del transporte.

Los cómodos avivatos son vecinos de barriadas, que el mismo pueblo elige, para que en cuatro años le saquen el dinero de sus propios bolsillos, los vividores, son un pequeño publico ávidos de una interpretación diferente a la realidad del mototrabajador.

Muchos seudo lideres desde la motocicleta promueven la nueva esclavitud, A pesar de que fue abolida hace más de un siglo, las prácticas esclavistas actuales han adoptado diversas formas y generan problemas en su identificación y en sus formas de descalificación con liderazgos, y otras organizaciones del sector.

El Mototaxismo y el mototrabajador traducen una red de términos diferentes entre sí, y por tal razón se convierte en un factor más de producción; hoy se refleja, como un sector víctima del micro poder económico, que promueven el ministerio del transporte y sus seccionales locales, como coautores de la nueva esclavitud moderna.

El conductor de una motocicleta es víctima de esta aberración jurídica, el estado le obliga al endeudamiento público, Las causas, las motivaciones discriminatorias, la finalidad y el origen del mototaxismo, como víctimas se multiplican, en medio de la pobreza, y los conflictos sociales.

En la actualidad, las víctimas de estas prácticas esclavistas no son encadenadas, sino coaccionadas por medio de la restricción a la movilidad, con la inmovilización del vehículo, la violencia económica del decreto con el cobro coactivo, se convierte en amenaza para el núcleo familiar, porque limita y reduce los gastos de la soberanía alimentaria.

La norma colombiana contradice el derecho universal de derechos humanos, aprobada en 1948 por la Conferencia Internacional Americana en Bogotá, artículo 4 de la Declaración Universal de Derechos humanos, DUDH establece que “Nadie estará sometido a esclavitud, ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”.

 

La esclavitud, quiere decir que es el estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos. Y, esto pasa hoy, con los motociclistas.

A la situación jurídica del motociclista se le puede llamar servidumbre, y hoy está, entre la libertad y la esclavitud, o sea, que la condición de la persona, está obligada por la ley, por la costumbre o por un acuerdo a vivir y a trabajar para pagar la deuda,

¿Estaría usted de acuerdo que al motociclista se le dé trato de servidumbre?

¿Será que el usuario de la motocicleta sigue trabajando para endeudarse públicamente con el estado?,

¿Será que el mototaxista y el mototrabajador, aun no entiende que es esclavitud, y que es servidumbre?



 

 

 

 

 

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