Lejos del pleno empleo
1. El desempleo no crece al ritmo del PIB
El empleo se ha rezagado frente al crecimiento del producto. De acuerdo con el Dane, en el último trimestre de 2021, el PIB tuvo un crecimiento anual de 10,8%. La administración Duque no se cansa de insistir en que esta cifra no tiene precedentes. Este optimismo es exagerado. Después de una caída tan fuerte como la que experimentó la economía durante la pandemia, la tasa de crecimiento apenas es la expresión de un rebote, sin que todavía se haya consolidado una dinámica de crecimiento virtuosa de mediano y largo plazo.
Y el comportamiento de la tasa de desempleo muestra que la recuperación todavía está en una etapa muy embrionaria.
Tal y como se observa en la figura, el desempleo
alcanzó su nivel más elevado en mayo de 2020, cuando fue de 20,7%. A partir de
ese momento se ha ido recuperando lentamente. En diciembre de 2021 fue de 11%.
Todavía no se ha reducido hasta los niveles previos a la pandemia. La
disminución del desempleo debería ser una prioridad de la política económica.
2. Las virtudes del empleo
En las sociedades contemporáneas el empleo es el
principal medio conseguir el ingreso que, a su vez, permite acceder a las
titularidades de los bienes que cada persona considera valiosos.
La importancia del empleo fue puesta de relieve por
Keynes en numerosos apartes de su Teoría General (1936). Allí
dice, por ejemplo, que “… el propósito final de nuestro análisis es descubrir
los determinantes del volumen de empleo” (pos. 1.682). Así que el propósito
fundamental de la teoría económica debería ser la generación de empleo.
Y la relevancia que Keynes le atribuye al empleo
tiene tres explicaciones.
La primera está
íntimamente ligada al bien-estar de las personas. Aunque algunos oficios son
más agradables que otros, en general el individuo que busca trabajo se siente
mejor cuando está empleado. A finales del siglo XIX y principios del XX, el
trabajo se consideraba como un sacrificio. Y se comparaba la “utilidad”
derivada del consumo, con la “des-utilidad” del trabajo.
Gracias al desarrollo de la tecnología y a la
división del trabajo de las sociedades contemporáneas, cada vez es más factible
encontrar un empleo que sea relativamente satisfactorio. Una de las razones por
las cuales también se ha ido rezagando el empleo en Estados Unidos, es la
insatisfacción de las personas con los oficios que estaban desempeñando. Y
ahora, después de la pandemia, decidieron no volver a realizar las mismas
tareas.
Aunque el fenómeno observado en Estados Unidos, no se ha presentado en Colombia, sí se observa una caída de la tasa de participación, y ahora sus niveles son inferiores a los de 2019.
La combinación de una baja tasa de participación y
un elevado desempleo, es un mal signo. Muestra que la economía está pasando por
un mal momento porque no tiene capacidad de contratar, aún en una coyuntura
como la actual, en la que se ha reducido el número de personas que buscan
trabajo.
La segunda virtud del empleo tiene
que ver con la forma como incide en la consolidación de la demanda y, por esta
vía, en la inversión. En palabras de Keynes:
“El
consumo – para repetir lo obvio – es el único fin y el objetivo de toda la
actividad económica. Las oportunidades de empleo están necesariamente limitadas
por la extensión de la demanda agregada. La demanda agregada depende solamente
del consumo presente, o de la provisión que existe actualmente para el consumo
futuro” (Keynes, 1936, Teoría General, pos. 2.023).
La tercera bondad del empleo, es
su impacto favorable, vía ingresos, en la reducción de la pobreza. El gobierno
ha insistido en los beneficios que se derivan de las transferencias monetarias
y de los diversos subsidios. Estos mecanismos, aunque apropiados, son
insuficientes para reducir la pobreza de manera significativa. Por esta razón
se requiere que haya políticas activas de empleo.
3. El crecimiento es estable cuando está
acompañado del empleo
Se puede ser optimista con el crecimiento cuando
éste va a la par con una mayor generación de empleo. Pero como se mostró en los
documentos de la Misión Alternativa de Empleo, esta dinámica obliga a
replantear la economía extractiva, y a buscar mecanismos que contribuyan a la
modernización de la industria y del sector agropecuario. Estos procesos habría
que enmarcarlos en una perspectiva keynesiana amigable con el medio ambiente.
Jorge Iván González
Foto tomada de: las2orillas.co
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