Economía sin perversidad
“O todos en la cama o todos en el suelo”, con equivalente sustento práctico forjaron su patria durante el siglo 20, los habitantes de los países nórdicos europeos, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Islandia más al norte, transformándose sus poblaciones, que eran las más atrasadas, hambrientas y miserables de toda Europa al comienzo del pasado siglo, en las más favorecidas al final del mismo siglo, dándole satisfacción sin discriminación, a todas las necesidades básicas de la gente y mucho más.
Está claro que aquello de que “algunos en la cama y otros muchos en el suelo” nunca fue aplicado y hoy presentan indicadores estadísticos sobresalientes, como el de estar entre los países con prácticas de corrupción más bajas del mundo, con negocios multinacionales gigantescos en los que cada ciudadano participa como inversionista, con los ingresos per-cápita superiores a los de la mayoría de países del mundo, donde la mendicidad que era agobiante a comienzos del siglo 20 desapareció de plano.
En estos tiempos de pandemia son ejemplo, en Suecia nunca el gobierno ha forzado con normas aplicando restricciones obligadas, tan solo necesitó llamar a la población para que aplicase el autocuidado, buscando fortalecer la inmunidad colectiva, cosa que ha dado magníficos resultados a tal punto que sus indicadores de contaminación y muertes por el Covid son de la más bajas del mundo.
Utilizando una expresión del argot popular, “y eso cómo se come?”, eso como ha sido logrado?, pues aplicando la ley practicada por los tres mosqueteros de Alejandro de Dumas, “uno para todos y todos para uno”.
Así que en los países nórdicos las distintas experiencias vividas los llevó a construir una economía de “Todos en la cama y ninguno en el suelo”, para la que la consulta y participación de todos por varias generaciones fue fundamental, convirtiéndose en una economía comunitaria de cooperación y apoyo mutuo. No es de extrañar entonces que en este tipo de organización social el Covid sea más controlable.
¿Quién hoy día puede atreverse a descalificar estos países nórdicos poniéndoles lapidarias calificaciones como la de que son países comunistas? Sería el colmo. Esperamos que se entienda que su prioridad es trabajar por el bienestar de todos sin excepción, antes que fijar como prioritario el objetivo del lucro. Por supuesto que están en capacidad de producir lucro, como efectivamente ocurre, pero tienen mucho cuidado en que sea aprovechable para todos y no para solo unos pocos.
Los países nórdicos no están en la tarea catequizadora de hacer países conversos hacia el socialismo, a castrochavismos o hacia la economía de mercado de cualquier modalidad. Ellos construyen economía en democracia, participación comunitaria y equidad que es algo muy distinto a lo que en Colombia se practica y fomenta. No andan perdiendo tiempos y energías los países Nórdicos propiciando ni promoviendo guerras. Cada día avanzan en la construcción y fomento de empresas que respeten a las comunidades y al ecosistema y que funcionen en beneficio de ambos. Que bueno que en Colombia se hiciese el trabajo desde el mismo estado para que se fortalezca la economía solidaria, que como vemos, no tiene nada que ver con la economía de mercado o la economía socialista o comunista. Continuaremos analizando esta temática en nuestro próximo artículo.
Addenda: No queremos dejar pasar que de entre las actuales noticias relacionadas con la Minga Indígena en Bogotá, la siguiente fue muy difundida: “La minga dejó como un espejo el Palacio de los Deportes en Bogota”.
Quiere decir que los indígenas caucanos evidenciaron que sí se pueden hacer marchas en Colombia sin que se presente ningún desorden o violencia respetando el derecho ajeno.
SIGIFREDO TURGA ÁVILA sigifredotu@hotmail.com
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