VIEJA CARTA
Cartas, Bogotá
julio 9 2001
Familia:
Revisando
cosas viejas en la casa materna me encontré esté presente, y recordé mis viejos
años de ausencia, desde los años 88 de
no estar con mi familia, de no
crecer con mis hermanas(os), fueron años en donde uno sale de la casa y no se
despide si no que a los años regresa a la casa y se encuentra con diferentes
rutinas, pero que toca asumir con voluntad, pues el pasado ya había marcado mi
vida de caminante por diferentes lugares de esta Colombia que sigue siendo la
misma, con altibajos y muchas preocupaciones relacionadas con el cambio, y
transformaciones que necesita Colombia, nuevamente regresamos al ciclo de
siempre, sin encontrar salidas al país que muchos soñamos, ver con libertad,
con dignidad, con justicia para la vida digna. Les presento un paréntesis entre
las montañas, el mar y la ciudad, imágenes claramente diferenciadas, al SUR,
mis sueños y muchos esfuerzos, que rompe el pétreo corazón de los caminos de la
Colombia que muchos desconocemos. Hacia el centro mis afectos, las zonas
urbanas de Colombia por excelencia, agrícola, fértil, equilibrada entre las
firmes y tercas montañas y la dulce plasticidad de los cielos, que nos rodea.
Mi
lejana presencia es ausente, como el verde de la selva, pero exuberante como
esta. Son matices del humano laborar en mi rutina. Aquí se plasma la austeridad
de las cordilleras y las calles. Las imágenes son el soplo armónico que las
olas armoniosas de mi presente, le dejan a esta familia luchadora y también a
mis amigos de ideas y batallas interminables, como este ciclo, que se repite en
este mundo inconcluso. Madre, hermanos y hermanas, sobrinos, reciban de mi un
abrazo diario con los actos míos, Mar, Eli, Bi, rod, soc, Will, Dia, y mis
sobrinos de hoy, todos son mis afectos en cualquier lugar donde me encuentre.
Nunca
en mi fue normal contarles mis adentros, pero tengan presente siempre la fe y
la razón de nuestra existencia -hoy- y siempre desconfió, de todas las fes, yo
no soy creyente, pero se distinguir algo sobre la religión y la religiosidad,
significa para mi simplemente tener sentido de los propios límites, saber que
la razón del hombre es una pequeña lucecilla, que ilumina un espacio pequeño
frente a la grandiosa inmensidad del universo.
La
única cosa de lo que estoy seguro, manteniéndome siempre dentro de los limites
de mi razón, y nunca lo repetiré bastante, es que no soy creyente; pues tener
la fe, es algo que pertenece a un mundo que no es lo mío, aun cuando vivo el
sentido del misterio, que evidentemente es común ante el hombre de razón, como
al hombre de fe.
Con
la diferencia de que el creyente llena este misterio con revelaciones y
verdades que vienen de lo alto y de las que no llego a convencerme, permanece,
no obstante, este profundo sentido del misterio que nos rodea, y que llamo
sentido de religiosidad. La mía es una religiosidad de la duda y no de
respuestas ciertas, acepto solo aquello que esta dentro de los limites
estrictos de la razón, que por cierto son angostos: mi razón se define a pocos
pasos, queriendo recorrer el camino que penetra en el misterio, camino que no
tiene fin. Mas no sabemos; sabemos que no sabemos. Hemos ensanchado enormemente
el espacio de nuestro conocimiento y cuando mas lo ampliamos, mas nos damos
cuenta de que este espacio es grande.
Frente
al misterio: ¿Por qué el ser y no la nada? Es una pregunta normal que no tengo
respuesta, nunca me había percatado de no tener nada de respuestas, nadie tiene
respuestas claras como no sea por la Fe, -Severino- EL SER ES INFINITO, EL SER
ES. pero no es que con ellos estemos en condiciones de entender quienes éramos
antes, es imposible. Y frente a las preguntas a las que no tengo respuestas,
por más que pertenezcamos a una humanidad que ha realizado progresos enormes-me
siento un grano de arena en este universo.
Cuando
observamos a ver llegado al fin de la vida sin haber encontrado respuestas, me
siento humillado, y la acepto sin tratar de huir de ella, por medio de la fe, a
través de caminos que no logro transitar… a esto lo llamo mi “religiosidad” No
se si es justo, pero en el fondo coincide en lo que piensan las personas
religiosas frente al misterio. probablemente no alcance a resistir este dudar
continuo, este continuo no saber, entonces recurrimos a las creencias como la
de la inmortalidad del alma.
Hermanos:
por mi parte sigo entendiendo el fondo religioso de mi persona, como ese no
saber. Es un fondo religioso que me tranquiliza, me agita, me atormenta, … el
cardenal Martini dijo: la diferencia no es entre el creyente y el no creyente
¿Qué quiere decir creer? ¿y en qué? La cuestión esta entre quien toma en serio
estos problemas y quien no. Creyente es el que se contenta con respuestas
fáciles y el no creyente también se contenta con respuestas fáciles. Hay
quienes dicen soy ateo, pero no esta seguro de saber que cosa significa eso.
Pero, pienso que la verdadera verdad está entre quien, para darle algún sentido
a su vida, se plantea con seguridad, con seriedad y empeño estas preguntas y
busca la respuesta.
La
respuesta de la fe es consoladora. Pero las religiones no tienen solamente una
función consoladora. Tienen la función de revelar creación, la inmortalidad del
alma. Con las pocas convicciones que tengo ya de mi respuesta, por que las
convicciones de un hombre que constantemente pasa de la duda a la verdad y de
nuevo a la duda, Yo no creo.
Tiene
que llegar el día en que uno siente próximo el fin y tiene que escucharse a uno
mismo, mi único deseo es morir en santa paz. Ahí también coincide con la
religión. Cuando hice la primaria repetí siempre las plegarias y las oraciones
y las repetí tanto, que llegué casi a olvidarlas.
Las
creencias en los milagros, por ejemplo, para un racionalista es la cosa mas
absurda. El tener que creer en todo aquello es un mito comenzando por el pecado
original. Si una culpa colectiva originaria no es aceptable, la culpa es
personal y no puede transmitirse de una generación a otra, no hay nada mas
primitivo la culpa colectiva es una concepción tribal.
Creer
en el antiguo testamento es difícil. Creer en el Dios de Abraham que se revela
pidiendo un sacrificio, es tan cruel. Aquí me detengo, pero tengo el misterio.
En
mi adolescencia pasaron muchos factores y por algunos años me confesé y por
cierto punto, no volví a confesarme, entre en un conflicto con la moral del
confesionario, talvez con la idea que más tarde regresaría ¿Qué significa esto?
¿es posible que seamos eternos? La vida y la muerte es tan indisolublemente
conectados entre sí, la vida encuentra sentido en la muerte, y la muerte en la
vida. Si deberás, hubiera otra vida, la muerte no seria la muerte. Pensémoslo
bien ¿Por qué es la muerte? Es que hay que tomar en serio la muerte.
Y
comencé a tomarla en serio, viendo morir a mis amigos jóvenes, sin ilusionarme de
las promesas de la religión de que aun estuvieran vivos. Algunas veces,
pensando en la muerte de alguna persona especialmente querida, mi padre, por
ejemplo, se que la persona a quien quise ya no existe.
La
muerte es el enigma del hombre a través de la historia, la muerte está ahí
esperando, y yo no sé cuándo. Y bueno como yo creo en la vida eterna, por lo
menos, hare lo que pueda, para que no me diga a mi mismo: pues no has hecho lo
que hacen los débiles, aunque el sentir del deber, y esto lo sabemos muy bien,
es bastante relativo.
La
muerte no es la enemiga que llega y en la que nosotros estábamos pensando, y
nos quedamos sorprendidos y preguntamos: ¿Cómo es que usted aparece aquí? No
tenemos porque sorprendernos, la muerte está ahí a nuestro lado y hay que vivir
con ella desde que nacemos estamos muriendo lentamente.
Los
quiero mucho, recíbanlo con mucho cariño.
Gus.
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