Mototaxismo,

 La Solución es Social.

Jueves, Agosto 6, 2015 - 11:49
Se dice que el fenómeno del mototaxismo empezó en la costa atlántica hace poco más de una década, cuando propietarios de motos empezaron a prestar el servicio de transporte a los amigos y vecinos que siendo moradores de lugares periféricos tenían muchas dificultades de acceder al transporte público en el momento oportuno.

La idea pronto empezó a ser copiada por quienes vieron en ella una oportunidad de lograr unos ingresos diarios de los cuales derivar su sustento, a falta de opciones laborales formales y ante las dificultades que tenían para solventar todas sus necesidades mediante la informalidad o el rebusque.

Fue cuando de ser un puñado de mototaxistas en unas cuantas ciudades, el fenómeno hizo finalmente metástasis en todo el país, instalándose como un problema social creciente en los principales centros urbanos del 70% de las regiones del país. Según algunos cálculos, que pueden quedarse cortos, actualmente unas 500 mil personas mal o bien viven de esta actividad.

Por ser este un servicio ilegal, las secretarías de tránsito, no siendo la excepción Pasto, han conformado grupos de agentes, a veces combinados con la Policía, que se han dedicado con exclusividad a combatirlo, al tiempo que los alcaldes han ido tomando decisiones para tratar de poner en cintura a los mototaxistas, como aquella de prohibir el parrillero hombre, limitando su clientela al personal femenino.

La Policía ha debido intervenir en el asunto, porque por culpa de unos pocos pronto el mototaxismo fue asociado a acciones delictivas como el fleteo, el atraco callejero y los hechos de sicariato, aparte de aducirle un gran porcentaje de la accidentalidad vial en los sectores urbanos del país.

Pues luego de este recuento de la manera cómo esta actividad se convirtió paulatinamente en un problema social, que para muchos es una ‘bomba de tiempo’, debemos celebrar que aparte de declararles la guerra a sus practicantes el Gobierno haya empezado a pensar en serio en una solución que no solamente se quede en la represión, sino que apunte a brindarles a estas personas una alternativa económica. La estrategia que se identifique en la capital de Nariño deberá ser replicada a nivel de todas las ciudades y poblaciones donde haga presencia el problema.

¿Cómo hacerlo? ¿A quiénes se va a beneficiar? ¿Qué actores harán parte de esta solución que debe sumar los esfuerzos del sector público y privado? Para eso es el estudio que por estos días está iniciando la Organización Internacional del Trabajo –OIT-, en conjunto con la dirección regional del Ministerio del Trabajo, el mismo que debe lograr la articulación de ideas y esfuerzos con actores de primer orden en la ciudad y región como la Cámara de Comercio de Pasto.

Pareciera demasiada lógica la respuesta a la pregunta a quiénes va a beneficiar, pero lamentablemente no es así, porque no todos los que hoy practican el mototaxismo en nuestra ciudad van a ser incluidos en el programa. Por ejemplo, de él deben descartarse aquellos que solo recurren a esta actividad para “cuadrar unos pesos” para la rumba del fin de semana o para afrontar los gastos que suscitan fechas especiales.

Tendrá que identificarse además la existencia de propietarios de lotes de motos, que aprovechando su poder de adquisición subcontratan conductores a quienes, como sucede con los taxis, les imponen una tarifa diaria para que pongan a producir sus vehículos. Así que alguien que disponga de 30 millones de pesos para montar un negocio, le puede parecer muy atractivo invertirlo en esta actividad y sentarse a esperar a que otros produzcan para él, a un bajo riesgo de inversión y sin pagar impuestos.

Se sabe que tenderos, propietarios de almacenes y otros negocios e incluso de taxis y de buses urbanos, han decidido incrementar sus ingresos adquiriendo una o más motos para alquilarlas o poner a trabajar en ellas a sus familiares. Todos ellos, junto a quienes tengan cuentas pendientes con la sociedad y quienes viviendo en otros municipios cercanos decidieron que era una buena opción venir a acrecentar con su presencia el número de mototaxistas que circulan por nuestras calles, serán descartados.

No será fácil ir depurando el universo de mototaxistas, hasta que queden realmente las personas que no tienen otra alternativa de empleo y demuestren de alguna forma que llevan dedicados a esta actividad un buen tiempo, pues no faltarán los avivatos que a última hora toman una moto y se dedicarán a hacer carreras para lograr algún beneficio económico.

La solución a este problema debe ser conjunta. No podemos exigir que lo haga solamente el Estado. No se puede quedar simplemente en la represión a la que han venido siendo sometidos los que prestan este servicio ilegal. El sector privado, con los empresarios y los gremios, tiene mucho que aportar.

 Esperamos un especial acompañamiento de la Cámara de Comercio para que con su capacidad de convocatoria y credibilidad contribuya a aglutinar esfuerzos y que el Sena sea protagonista en la tarea de capacitar a quienes deberán cambiar de actividad laboral. Por último, celebramos que, al fin, se esté pensando en una estrategia social y que no nos quedemos simplemente en los decretos.
Etiquetas: Editorial Diario Del Sur
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