2 parte MOTOTRABAJADORES Y SUGERENCIAS PARA REGIÓN

El Cambio de Actitud que quiere la Región sur Occidente.

Desde la organización sindical en el marco de la informalidad colombiana,  el Mototrabajador Colombiano propone, contribuir y coadyuvar a consolidar la región desde el congreso de los pueblos y eso nos compromete a examinar la autocritica integral en el contexto de región, en el entendido y la urgente necesidad de reconocer  que el trabajo popular en las comunidades urbanas y rurales tiene unos actores determinantes externos e internos; Somos consientes que los determinantes externos e internos son relativamente importantes, ya que la reflexión autocritica nos muestra la realidad de quienes son los que influyen notablemente en los Municipios de Colombia, pero no siempre positiva mente para la conquista de la autonomía en la política comunitaria.

El peso relativo de las dos categorías de determinantes depende de la evaluación del contexto general de la región, en el marco de factores  estructurales y coyunturales. Entre los determinantes externos encontramos, por ejemplo, el peso económico y político, del sector industrial y comercial, de los partidos tradicionales, de los organismos no gubernamentales ONGs y sus regímenes supranacionales vigentes, y la coyuntura económica y política de la región. Pero,  también los determinantes internos en la medida que reivindican su sentido de pertenencia también se incluyen: el "interés comunitario y nacional", los intereses de grupos supranacionales, las coaliciones políticas, la estructura económica y la estrategia de desarrollo.

Nuestra propuesta se enmarca dentro de la visión nacional y regional,  donde democracia y desarrollo integral, expresan una vital interrelación en el marco del diario actuar, basado en la creatividad, justicia y eficiencia, que permiten generar una dinámica de acumulación de resultados a corto, mediano y largo plazo. los criterios básicos, metodológicos y operativos, para construir un plan estratégico nacional y regional expresan mayor énfasis en lo regional cuando asumimos la grandeza de Colombia,  como la sumatoria de las grandezas regionales y locales, pero reconociendo al mismo tiempo la incidencia necesaria en la construcción de  políticas públicas,  sobre los ámbitos regionales y locales.

Para Colombia como país, para el sur occidente como región, un plan estratégico es ante todo un compromiso de cambio estructural para restablecer, las tendencias que se  orientan desde la diversidad política, la diversidades económicas, sociales e institucionales Y poder confrontar las propuestas  del modelo que nos impiden realizar la visión de País, desde regiones y localidades plenamente democráticas e integralmente desarrolladas, así como articular las tendencias y aspectos positivos que tengamos para la conducción en el tiempo a dicha visión.

independientemente de la conduccion, evaluacion permanente que se le da a los mandatos que surgen a partir del año 2010 y sustentados en estas premisas metodológicas sugerimos a continuación una definición esencial de los puntos operativos que conformarían un plan estratégico para Sur Occidente en la búsqueda del desarrollo integral nacional,  que sea la sumatoria del máximo desarrollo de cada región. Cada eje estratégico además de ser caracterizado y definido debe contener sus objetivos y metas específicas y el conjunto de políticas, programas y proyectos que harán realidad en el tiempo,  los objetivos y metas establecidos en el marco de la visión de país y región que aspiramos conquistar en el tiempo.

1: Descentralización y autonomía. Conformación del concepto de integración nacional.

La construcción de región y apuesta de país requiere mirar el modelo de gobernanza que durante años se repite, y que históricamente el movimiento popular también copia y hereda en el método de trabajo popular.  Si, tenemos en cuenta que el proceso de desarrollo democrático en Colombia, establece la gobernabilidad con base en la conducción centralista  y un presidencialismo brutal, pero afirmando en su articulado también, todo un potencial y posibilidades para la descentralización política, administrativa y fiscal; paralelamente  el movimiento social y popular aun convive y repite ese formato de conducción en la lucha, socio-político, hasta el punto de caer en el aplazamiento y estancamiento, sin embargo las luchas campesinas e indígenas en un proceso de resistencia popular dejan entre ver que existen posibilidades de corrección estratégica y táctica para la lucha revolucionaria y en 2014 obtiene mediante decreto presidencial el reconocimiento de los derechos al campesinado en la Cumbre Agraria y se suma en la búsqueda y fortalecimiento de una legislación popular con  tres elementos esenciales:

a) Históricamente el movimiento popular en la región, tiene una clara vocación de lucha y condiciones para construir y expresar su vida en un sistema político, económico y social que contenga precisas condiciones de autonomía regional y local,  donde los ciudadanos desde estos niveles puedan expresar al máximo su potencial individual y social en el marco de parámetros  de coherencia y unidad integral en lo nacional, democrática mente analizados y decididos.

b) Luego de más de un siglo de autocracia y centralismo avasallante con una población, aún en 2015, el constituyente primario, y el mismo movimiento social y popular en sus bases,  presenta altas tasas de analfabetismo, pobreza y una población carente de una cultura de participación, coherencia y solidaridad, dificultades que hacen ver, el conformismo mayoritario de un escenario urbano rural en donde  encuentra la dificultad de asumir y  consolidar un proceso político, económico y social plenamente descentralizado.

c) En consecuencia la búsqueda y construcción de una legislación popular, nos hace escudriñar la forma y el sesgo central y presidencialista en que nos han gobernado durante 200 años, reflexión que nos permite avizorar  posibilidades y apuestas de País y desarrollo democrático en el tiempo, que generará,  las condiciones para iniciar y consolidar un proceso popular de descentralización legislativa a través del congreso de los pueblos, quien se comienza a expresar como apuesta de país, con visión de cambio democrático, aunque Hasta hoy,  presenta una conducción centralista, lideres, dirigentes, organizaciones sociales y políticas,  estamos obligados a explorar y escudriñar al máximo el concepto de Autonomía, Municipio y Estado para construir y articular como sociedad civil y que sus distintas expresiones conformen la fuerza histórica política, social y económica que nos conduzca al país y sus regiones plenamente democráticos e integralmente desarrollados en base a la participación responsable, creadora y solidaria desde lo local a lo nacional.

En la conquista de este objetivo histórico estratégico de profundizar en la forma de conseguir la descentralización en la conducción y la capacidad de autonomía de las regiones, pues, la región y el país debe analizar, discutir y aprobar los instrumentos populares que definan,  un método para salir del hegemonismo y  erradicar el centralismo como forma de conducir el movimiento popular.

2: Redefinición del concepto de interrelación y participación de los sectores políticos, económicos, sociales y culturales.

Colombia, sus departamentos y municipios necesitan con urgencia redefinir los conceptos y el sentido de la integración comunitaria y la participación de sus territorios, sectores y habitantes. El rentismo minero energético que nos genera el subsuelo, sumado al centralismo, al presidencialismo y al paternalismo, irónicamente nos han heredado una gravísima desarticulación nacional y regional. algunos Organismos No Gubernamentales trabajan en las comunidades con la idea, que lo importante es la acción individualista y silenciosa para asegurarse el favor y el beneficio del estado-dueño de la inmensa renta financiera que nos proporciona el subsuelo.

De manera que los conceptos de visión compartida y acción coherente y solidaria de los ciudadanos, sectores y sociedades intermedias no existen significativamente como hábitos y valores culturales y acción sistemática. En este plan estratégico, el desarrollo cultural, el cambio educativo y el proceso de comunicación social son vitales para conquistar los objetivos definidos.

3: Cambio actitudinal.
La influencia de la educación, la comunicación y la cultura. El desarrollo institucional.

Los elementos estratégicos implican el necesario cambio de estructuras políticas, económicas y sociales para el proceso de plenitud democrática y desarrollo integral en colombia, nuestros departamentos y municipios reclaman fuerzas más profundas aún a nivel humano. Necesitamos con toda urgencia un colombiano y una región que razonen distinto,  que sientan la necesidad de la participación responsable y creadora y se transformen en productores de riqueza y resultados que se acumulen en el tiempo,  y que sustituyan el golpe de suerte y el consecutivo de  la riqueza fácil como valores predominantes de la conducta diaria.

Lograr estos objetivos estratégicos a nivel de la estructura mental e intelectual del colombiano y la región,  reclama una verdadera revolución educativa, cultural y comunicacional que genere una nueva matriz de actitudes y aptitudes en el ciudadano.

El actual sistema educativo debe revolucionarse totalmente para adaptarlo a los cambios transcendentales que en materia de información, conocimientos especializados y comunicación mundial estamos experimentando. Pero la expresión del cambio educativo exige una base cultural y comunicacional diferentes a la existente y paralelamente deben diseñarse y ejecutarse políticas, programas y proyectos de cambio cultural, de hábitos y actitudes hacia la vocación de trabajo, responsabilidad, solidaridad y generación de riqueza y un proceso comunicacional que contribuya a formar e informar al ciudadano,  no a degradarlo y reducirlo a nivel de un simple consumidor, sin conciencia crítica manipulable y apático, porque mientras los colombianos y la región no logremos esa revolución democrática educativa, cultural y comunicacional seguiremos con una estructura de valores y actitudes conformada por el mesianismo, el paternalismo, la apatía social, el deseo de riqueza fácil que nos condenarían eternamente al subdesarrollo especialmente, si el sistema educativo y comunicacional no se incorporaran en una gran dinámica de cambio junto a la cultura en la búsqueda del sujeto idóneo para la plenitud democrática y el desarrollo integral.

Lo expresado en estos ejes estratégicos caracterizados hasta ahora es básico para avanzar en un área esencial para Colombia y la región cual es la del desarrollo popular como institución. Las instituciones colombianas políticas, económicas y sociales en su mayoría son de precario desarrollo y estabilidad por que han sido altamente manipuladas y distorsionadas por el caudillismo, el centralismo y el deseo de riqueza fácil. El inmenso poder e influencia de la presidencia de la república nos ha proporcionado claros ejemplos en las últimas décadas de la mediatización de que han sido objetos instituciones esenciales del país. Responsabilidad semejante la tiene también el clientelismo partidista que pone las instituciones al servicio de este elemento ya realmente insostenible para la democracia colombiana por su gran contenido de deterioro institucional, administrativo y fiscal.

Es necesario, en consecuencia, generar todo un sistema de valores que signifiquen maximizar,  el respeto por las instituciones popular públicas y privadas de manera que actúen con la debida independencia y autonomía. Debemos desterrar en colombia definitivamente la creencia de que cualquier individualidad por muy importante que sea u organización POPULAR, pública o privada pueda estar por encima de las instituciones comunitarias, manipulándolas a su antojo, porque la manipulación y mediatización de las instituciones significa una vergonzosa demostración de subdesarrollo político y humano y constituye un peligro mortal para la evolución democrática de Colombia.

En América latina hay países que están trabajando incansablemente para lograr esta plenitud democrática y el desarrollo integral nos afirma que el basamento esencial de su alto grado de desarrollo y progreso en democracia lo constituye una sociedad civil integrada por ciudadanos con vocación de producción y participación debidamente formados y educados para esa participación en libertad y que expresan ante todo una matriz de valores y hábitos consonantes con esa premisa de que la fortaleza de la sociedad y del sistema democrático esta en el individuo educado y entrenado para la creatividad y la participación responsable y solidaria a nivel local, regional  y nacional,  que día a día consolide y cualifique las instituciones.

4: Ocupación y uso del territorio. El medio ambiente en un proyecto estratégico de país y región.

El estado Colombiano, pero también la Organización Social y sus regiones deben actuar con conciencia de que en los últimos 70 años hemos hecho una ocupación del territorio en forma aluvional casi frenética que ha violado normas esenciales al respecto y con un significativo deterioro del medio ambiente. Nuestro violento y no planificado crecimiento urbano, la contaminación de lagos, costas y ríos son prueba irrefutable de esta realidad.

Esta situación es realmente preocupante en la región.   Nuestra condición petrolera ha significado un precio muy alto para la ecología y el medio ambiente regional. El deterioro o destrucción de los ríos principales de colombia, la contaminación ambiental, la acumulación de pobreza urbana indican que es necesario hacer un corte histórico en la forma como hemos ocupado y usado el territorio hasta el presente. Estado y sociedad civil realmente deben actuar en base a una seria planificación del desarrollo de las ciudades y comunidades dentro de un marco muy preciso de normas para la preservación y regeneración del medio ambiente paralelo a un gran esfuerzo político, económico y social que revierta las tendencias de creciente empobrecimiento de la población colombiana.

consideramos la región sur occidente, no como provincias y departamentos separados, sino como una masa común que vamos a construir con equidad y justicia por partes iguales, el país que queremos,  debe ser una institución popular en  donde cada región se construya en unidad, que atienda a la unión de todos, a su libertad, a su seguridad interior y exterior, y que éste tenga la soberanía absoluta en lo economico, social y político, en cada municipio hay factores que proceden con error, no quieren libertad, ni quieren igualdad; quieren despotismo, quieren tiranía, quieren que  la ciudad y la región sea rica y populosa, y que los demás sean sus tributarios; quieren que la regeneración sea sólo para ellos, y que los otros pueblos se queden   en el abatimiento e indigencia en que se encuentran; no quieren una institución popular que asegure la libertad igualando la fuerza de la región, algunos nos están pintando una supuesta realidad con verdades eternas, con sofismas falsos, débiles hipótesis, y ejemplos que no deben servir de norte a la región por sus conocidos defectos.

El proceso histórico de la región  ofrece ricas posibilidades para comparar la acción y el efecto sobre la sociedad del estado democrático y el estado autoritario, por ello consideramos que es necesario construir región, si, tenemos en cuenta la evaluación integral de cada localidad, los procesos populares, los no gubernamentales, los intereses personales de  las dirigencias, las grandes contradicciones y el impacto de la cultura, los hábitos políticos en la generación de una dinámica política y social con un inmenso contenido lesivo para la comunidad, si tenemos en cuenta que aun en este 2015 tenemos un país, antidemocrático, de injusticia e inequidad que es necesario remover, cambiar y resolver si realmente queremos expresar a plenitud nuestro potencial como región y país y liquidar la paradoja secular de tener inmensas riquezas materiales y un extraordinario capital humano en el marco de un empobrecimiento alarmante y un proceso de institución popular con claras oportunidades,  pero también con peligros y signos de involución que reclaman tajante decisión y acción de cambio.

La conducción colectiva de los mandatos del congreso de los pueblos además de instalarlos organizativamente en cada localidad, también tendrá en cuenta las necesidades de ver la región y el punto de vista del modelo gobernante, pero precisando el análisis, contenido e implicaciones prácticas esenciales de la región como estado, como economía y región como sociedad. 






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