MOVILIDAD SIN FRONTERAS


LA CIUDADANIA  SIN MOVILIDAD

Los mototrabajadores de Colombia vemos con preocupación cómo la idea de ciudadanos cada día pierde vigencia en el marco institucional, las leyes, decretos, restricciones, al espacio público, a la movilidad,  cada día promueven más desempleo, más pobreza,  nuestros gobernantes obedecen a los procesos de globalización internacional, asumiendo modelos de flexibilización y deslegitimación de la normatividad colombiana, haciendo que los alcaldes y gobernadores enfrenten dificultades para garantizar unos mínimos de bienestar a los ciudadanos.

Tanto motociclistas como ciudadanos somos un elemento constitutivo de la figura de  estado nacional, administrada por una representatividad que elegimos y que después se convierten en contrarios. Por lo que los mototrabajadores estamos en la obligación de comprometernos con la ciudad y el municipio en donde nos movemos, para este año 2013 vamos a enseñarle a la población que ya no tenemos servidores públicos en las instituciones del gobierno, si no TRABAJADORES PUBLICOS, personas que no garantizan mínimos de bienestar, ni siquiera pactados socialmente, y porque sus rendimientos en el marco institucional son regresivos para cada ciudadano en este país

En este contexto se requiere recuperar la identidad de ciudadanía asociada, al deber y derecho, sobre una MOVILIDAD SIN FRONTERAS  que amplié la idea de territorio con sentido de pertenencia y de soberanía nacional, porque la ciudad y el municipio no se agota en la noción jurídica constitucional que hoy nos ofrece el gobernante de turno.

La confianza inversionista de este gobierno para la liberación comercial y la globalización de los tratados comerciales  TLC nos convierten no en ciudadanos sino en consumidores con una propuesta DE CIUDAD individualizante,  que nos pone ante el dilema de construir una ciudadanía CON LIMITES en el trabajo, en la movilidad, en la propiedad, en la intimidad, arrinconándonos a la soledad del mercado, en los cordones de miseria y el juego de la oferta y la demanda, nuestros gobiernos renunciaron a la capacidad de garantizar la movilidad de los ciudadanos, la salud, la vivienda, la educación, de los ciudadanos para garantizar la riqueza y el monopolio  de las multinacionales extranjeras.

Desde nuestras motocicletas los ciudadanos somos mestizos, negros, indios, mulatos, con una ciudadanía en permanente restricción, limitada en las libertades públicas y en los derechos civiles y políticos, hoy abrimos los ojos aun país con una ciudadanía plural, multicultural, y con la pregunta de cómo ampliar la ciudadanía a los derechos de segunda y tercera generación cuando los TLC limitan el margen de acción política al interior del país y supeditan el bienestar para todos  a las cláusulas y normas jurídicas de rentabilidad firmadas en los tratados.

Preguntamos a la sociedad, a los organismos de derechos humanos y a la opinión internacional como los Tratados de Libre Comercio acrecientan las desigualdades y cómo afecta el acceso a los derechos ciudadanos, y no estamos hablando de la ciudadanía formal e individualista de las sociedades  donde todos los ciudadanos EN APARIENCIA son iguales, estamos hablando de una ciudadanía que se moviliza en motocicleta y que  trabaja por el ejercicio de sus derechos.

Los mototrabajadores somos una ciudadanía que enfrenta la paradoja del Estado en una economía entregada a las transnacionales, incapaz de garantizar solución a las necesidades básicas insatisfechas y más cuando se ha roto el pacto entre la acumulación del capital y la sociedad,  suplantándolo en una figura del Estado de Bienestar para todos. En esta situación, no queda más que preguntarse de manera descarnada cual es el lugar de la ciudadanía cuando la relación acumulación privada / bienestar colectivo es deficitaria pero políticamente irreversible.

En este sentido y ante la ausencia de escenarios reales de participación ciudadana resulta decisivo el fortalecimiento de una ciudadanía global, para superar los límites que impone la interacción con el Estado. Para construir una legislación y una institucionalidad más plural más democrática. Que replantea nuevos liderazgos,  buscando permanente  la inclusión, la participación y el ejercicio de construir una legislación de unidad popular.

Los derechos sociales, económicos y políticos  no están en las redes de  atención social para entregar  subsidios, sino como se aplican los estándares laborales, las metas en términos de bienestar y reducción de la pobreza, la libre circulación no solo para los bienes sino para las personas, el reconocimiento de una ciudadanía regional, es decir hacer posible una segunda ciudadanía con los derechos que ello sugiere y por supuesto la posibilidad de condicionar en verdaderos diálogos con mesas de concertación participativas e incluyentes.

De acuerdo a las conveniencias de la supuesta confianza inversionista las multinacionales impusieron una metodología de negociación invisivilizando a los representantes de la democracia en Colombia, exigieron desconocer el poder legislativo y judicial para que el andamiaje de los tlc se concentrara en el poder ejecutivo  o presidente de la republica

Convirtiendo el órgano legislativo en un aparato que no tiene la posibilidad de modificar las condiciones de esos tratados, y donde el ejecutivo se da el lujo de manipular, el poder judicial y legislativo presionando a los congresistas, pidiéndoles que voten de acuerdo a su adhesión al presidente. Y  en el ámbito jurisdiccional el país ha  renunciado a su capacidad de impartir justicia para ceder este espacio a los tribunales de arbitramento internacional, en un esquema bilateral y de justicia privada en el que tienen asiento las grandes multinacionales.

Por lo anterior, se deben hacer esfuerzos para superar el bilateralismo en la discusión y hacer explícitos los mecanismos que garantizan la participación ciudadana en la arquitectura del acuerdo, cabe preguntarse porque en el caso colombiano la sociedad civil es representada por los gremios económicos al que solo concurren las grandes empresas en un país en el que aproximadamente el 90% son microempresas  y donde a los sindicatos se les cita al cuarto de al lado como Casandra que prevé las catástrofes pero que no tiene ningún poder para impedir que ocurran.

HACIA EL CONGRESO NACIONAL DE PAZ  ABRIL 19,20 Y 21 DE ABRIL


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