SUNMCOL

SUNMCOL y la Barrera Tributaria: Desafíos del Trabajo Informal en Colombia

SUNMCOL es la sigla del Sindicato Único Nacional de Mototrabajadores de Colombia, una organización sindical de primer grado que representa a los mototrabajadores del trabajo informal en motocicleta. Fue registrada por el Ministerio de la Protección Social el 9 de junio de 2011 y está afiliada a la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), mediante la resolución 381 del 18 de septiembre de 2012. La organización no hace distinción de raza, religión o condición social y se rige por el derecho privado y la Constitución Política de Colombia.

El Mototrabajador, en sus ámbitos urbano y rural, principalmente de origen campesino, agrícola y agropecuario, desarrolla su objeto social en todo el territorio nacional. A futuro, tiene previsto fortalecer su estructura mediante la creación de secretarías especializadas, tales como: Derechos Humanos, Mujer, Tierras, Organización y Movilización, Prensa y Propaganda, Defensa y Promoción del Mototrabajador, Juventud, Cultura y Deportes, Internacional, Vivienda y Bienestar Social, y Conciliación.

En los municipios del país, SUNMCOL establece subdirectivas y comités con sedes locales, con el fin de realizar elecciones y asambleas de carácter sindical, cumpliendo con los requisitos legales, estatutarios y el reglamento interno.

El mototrabajador organizado en SUNMCOL es resultado directo de la crisis económica y del desempleo provocados por el sector privado en Colombia. Esta situación condena a los trabajadores informales en motocicleta a sobrevivir en la pobreza junto con sus familias, sin contratos laborales formales, sin protección legal ni acceso a la seguridad social. Sus empleos son inestables, con escasos beneficios y pocas oportunidades de progreso.

El problema de orden público, junto con la migración y desplazamiento interno del campo a la ciudad, genera mayor informalidad laboral. En zonas rurales, las actividades agrícolas, ganaderas y mineras suelen ser trabajos independientes o jornaleros, con bajos niveles de educación formal y poca protección social. La informalidad en estos sectores también contribuye a la vulnerabilidad de los trabajadores.

La empresa privada en Colombia ha contribuido a la creación de una informalidad que tiene profundas consecuencias en los derechos humanos y laborales. En los últimos años, las regulaciones tributarias y laborales se han convertido en obstáculos que desincentivan la formalización de pequeños negocios. Cuando los trabajadores informales intentan crear pequeñas empresas, enfrentan barreras tributarias significativas, como los costos de formalización en dinero y tiempo, que resultan excesivos. Muchos sienten que no pueden permitirse pagar el salario mínimo, especialmente aquellos con habilidades limitadas o poca preparación laboral.

Además, las barreras regulatorias y tributarias actúan como una forma de extorsión, añadiendo costos adicionales a los pequeños empresarios. La falta de financiamiento y apoyo empresarial impide que estas pequeñas empresas puedan escalar o adoptar sistemas más formales, perpetuando la informalidad. Estas dificultades son aún mayores en mercados laborales locales débiles, donde la baja calificación de la fuerza laboral y la actividad económica de bajo valor dificultan justificar los costos asociados a la formalización.

En conclusión, la situación de los mototrabajadores y pequeños empresarios en Colombia refleja una problemática estructural que requiere políticas públicas integrales para reducir las barreras tributarias y laborales, promover la formalización y garantizar los derechos laborales y sociales de todos los trabajadores.

MOTOTRABAJADORES DE COLOMBIA

 

 

 

 


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