A LA ASAMBLEA POPULAR PERMANENTE
A LA ASAMBLEA POPULAR PERMANENTE
Los Mototrabajadores de Colombia agremiados en
SUNMCOL, nos unimos a las asambleas populares permanentes de solidaridad
colectiva en el territorio nacional, asumimos los símbolos de la protesta, como
la representación de la comunidad política y social que se empodera para
rescatar los derechos fundamentales a la vida digna, con justicia social.
Consideramos la asamblea permanente como el sujeto
político, que construye desde las relaciones sociales hostiles, con base en el
derecho a oponerse y el principio de desobediencia, en el marco de la
constitución y socialización política.
La asamblea permanente nos convoca a extender el radio
de acción a la población, para que las personas en los barrios y veredas
aprendan y adhieran a su propia personalidad, la modalidad de la política
contestaría, como forma de participación democrática legítima.
Las decisiones a la protesta de miles de jóvenes
convierten a Colombia en el referente político mundial de desobediencia civil
masiva contra el poder de Duqueuribe. Este levantamiento popular es el inicio de
una lucha juvenil que nos marca derroteros para lograr los verdaderos cambios estructurales
que necesita Colombia.
El presente estallido social que están promoviendo
nuestros jóvenes es una demostración de poder del nuevo movimiento popular y el
principio de la evolución política, que a futuro se traducirá en una
independencia del estado social de derecho, libre de narcotráfico y corrupción
generalizada.
El levantamiento popular es fundamentalmente, La
respuesta colectiva de las comunidades, contra el régimen dictatorial de duque,
cuyas políticas económicas resultan destructivas para el país, un gobierno que
intenta marginar la actividad política del movimiento social y popular y
censura las libertades individuales.
Los Mototrabajadores consideramos que las
organizaciones sociales deben coadyuvar en la estructuración colectiva y
popular del estallido social para que el alzamiento civil tenga un protagonismo
nacional y global.
En homenaje a nuestros jóvenes asesinados, a las
violaciones sexuales, y demás aberraciones jurídicas, creemos que se debe
reconsiderar la postura política, y reconocer las juventudes, y la primera línea
en toda su extensión, convocando más manifestaciones de base, y que los
partidos políticos de oposición al modelo actual, y los movimientos sociales
clásicos, por lo menos al principio, tengan un papel un poco marginal.
Si bien las manifestaciones empezaron por el Comité Nacional de Paro, pues es necesario ratificar y reconocer nuevamente, que el desborde ya no es Paro Nacional, sino que es levantamiento popular, pues este levantamiento popular tiene como eje principal acabar con la corrupción generalizada, con un sistema de justicia comprado con dineros calientes, que promueven la violencia y la inseguridad.
El Estado para defenderse justifica y asimila la
protesta con violencia, a fin de desvalorizar, silenciar, descalificar e invisibilizar
las protestas, aduciendo el uso de la represión como medio de contención y
supresión.
Esta violencia se materializa a través de actos
policiales abusivos, donde es común el uso desproporcionado de fuerza, hasta
llegar a pasar a los malos tratos, detenciones arbitrarias y torturas,
vulnerando de esta forma los tratados internacionales como la Declaración
Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y la Convención Americana de Derechos Humanos.
Por estas razones el Paro continua, bienvenida a Colombia la CIDH,
¡¡¡A PARAR PARA AVANZAR!!! ¡¡¡VIVA
EL PARO NACIONAL!!!
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