EL MOTOTAXISMO EN COLOMBIA
El Mototaxi empieza a surgir y a acrecentarse desde el
año dos mil cuando la apertura económica comienza a hacer estragos en el
bolsillo de los colombianos, y al gobierno le exigen aplicar las conocidas
medidas de ajuste estructural, y que el Fondo Monetario Internacional FMI,
denomina como austeridad, es decir, evitar en los gobiernos que asumen
créditos, los gastos excesivos en educación, en salud, y se impone la
eliminación de control de precios y subsidios estatales, y los ciudadanos
empiezan a pagar los costos de la privatización de servicios públicos, la
legislación de la flexibilización laboral, la desigual redistribución de la
riqueza, las constantes reformas tributarias, entre otras.
Sobre estas políticas el gobierno colombiano le impone
al motociclismo una serie de normas, para negocio de las ensambladoras de
motocicletas, venta de repuestos para mayoristas, crea aseguradoras para venta
de seguros SOAT, los Centros de Diagnóstico Automotor CDA, para venta de tecno
mecánicos, crea acuerdos con concejos municipales, alcaldías, policía de
tránsito, para beneficiar a terceros, como dueños de parqueaderos y de grúas, para inmovilización de motocicletas, se privatiza
algunas secretarias de tránsito y se impone el cobro coactivo para deudores.
Ante esta legislación local, nacional e internacional,
los propietarios de motocicletas que usan este vehículo como transporte y
trabajo informal, tienen la tarea de reflexionar lo que ha sido el mototaxismo
después de veinte años, una dimensión social que atraviesa el núcleo familiar
en su contexto, es decir el mototaxismo se identifica como una visión social,
para la defensa del derecho a la vida digna y al trabajo, por lo tanto hay que visibilizarlo
como un proyecto de vida, con visión esperanzadora que implique generar
derechos como mototrabajador, y que necesita inclusión y participación en la
construcción de la política pública.
Después de más de veinte años de lucha, ya es una
conquista, estar en gran parte de los municipios es como decir que hay un
proyecto soberano, habría que identificar su apuesta por una cultura de vida,
porque finalmente el mototaxismo está estrechamente ligado a la pobreza, al
problema económico y falta de producción en el país.
Habría que identificar nuestra responsabilidad social,
no aceptar la discriminación venga de donde venga, para 2020 hay que
fortalecerse y sumarse a la marea de movilizaciones que viene del sur,
marchando por la democracia, NO entendida como elecciones, sino democracia como
construcción de igualdad, como igualación de todos, en recursos, en
oportunidades, en acceso a lo público, a la salud, a la educación, en
movilidad, en trabajo digno. No podemos juntar la democracia con el voto, si la
juntamos nos quedamos en la representatividad, en la organización estéril, en
el discurso sin palabra y sin lenguaje.
Amigo Mototaxista: es cuestión de decidirnos a salir
A LAS CALLES, démonos la posibilidad de salir del silencio, la modernidad y sus
leyes han hecho que el Mototaxista, el Motociclista, el Mototrabajador, viva endeudado ante las secretarias de tránsito,
y la razón es que el mototaxismo está confinado al ámbito de lo privado, hay
que abrir el debate y la discusión, sacar el Mototaxi de la movilidad, es tocar
el tema privado, y para volverlo un tema social, un tema público: hay que
movilizarnos: PONGÁMONOS EN MODO MARCHA.
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