Guerras sin cañones (Parte II)
Tal y como
referenciamos en la primera parte de esta serie, Internet constituye un medio
para ejercer dominación y control geopolítico, de ahí que sea una herramienta
de lo que hoy conocemos como guerra no convencional. Claro, que este fin no es
sorprendente, pues en sus inicios, Internet no estaba diseñado para el consumo
público, sino para usos militares.
Por Lisbet
Penín Matos y William Sotolongo 14 noviembre 2016
¿Cómo surgió
Internet? Su inicio fue una fase investigativa a través de ARPANET, órgano de
investigaciones científicas del Sistema Nacional de Defensa de Estados Unidos;
después pasó a una etapa académica y luego se completó con la etapa comercial.
Indiscutiblemente
el hecho de globalizar el empleo de esta plataforma digital fue de gran
utilidad, pues mientras más personas la usaran, más fácil resulta llegar a un
determinado objetivo. Internet permite una comunicación más rápida entre
personas distantes, y al transgredir fronteras es el canal para transmitir
mensajes que pueden ser ciertos o falsos, que pueden edificar o destruir.
Por tanto,
podríamos afirmar que Internet es el arma de ataque y a la vez el arma de
defensa.
Y con
Internet, las redes sociales. En ellas interactúan millones de personas a la
vez, lo que les otorga en esencia una inmediatez, legitimidad y credibilidad
sin precedentes.
Las redes
sociales, además del carácter lúdico que poseen (establecer comunicación con
amigos distantes, jugar, compartir contenidos, gustos, crear nuevas
relaciones), se emplean para movilizar o generar matrices de opinión respecto a
un determinado tema.
¿Qué nación
está dispuesta a que otra bombardee su realidad con subliminales mensajes? La
respuesta sobra, ¿no? Entonces, ¿puede considerarse que esta manera más
horizontal de establecer la comunicación constituye un asunto de seguridad
nacional para los países del mundo?
Estados
Unidos así lo considera, por tanto, además de observar los sistemas de
comunicación de los países aliados, monitorea a sus enemigos. Para ello, el 14 de febrero de 2006 creó el Grupo de
Tareas para la Libertad Global de la Red (Global Internet Freedom Task Force,
GIFTF, por sus siglas en inglés), una organización multiagencias subordinada al
Departamento de Estado, y se concentra especialmente en supervisar a China,
Irán y Cuba.
Catacumbas
virtuales emergen a la superficie.
En un
sentido general, las redes sociales pueden definirse como un intercambio
dinámico entre personas, grupos e instituciones. Una red social es un sistema
abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos de personas, las
cuales se identifican con las mismas necesidades, problemáticas, preferencias y
se organizan para potenciar sus recursos.
En términos
de ciberguerra, las redes sociales se emplean como parte de ese instrumental, y
el objetivo es hacer un llamamiento a la rebeldía y/o a la indisciplina social.
“Hay una
especie de catacumbas virtuales, es decir, la gente se articula, se organiza,
crea relaciones, que son a veces relaciones muy fuertes en esos espacios
digitales. hay procesos donde esas catacumbas virtuales emergen a la
superficie, a veces no hace falta, necesariamente que haya un proceso de
crisis, aunque debe haber condiciones sociales que lo permitan”, comentó Rosa
Miriam Elizalde.
Las redes
sociales son nichos de información, y como es fácil su acceso, puede ser
manipulada por cualquier organización o país, para insertar determinadas ideas,
contenidos o símbolos con el objetivo de subvertir el orden y lograr realmente
un movimiento en el espacio físico.
Muchos
ejemplos a nivel internacional así lo demuestran. Inglaterra, Ucrania,
Venezuela, Egipto, Irán, son solo algunos países en los que las redes sociales
se han utilizado como mecanismos para establecer caos interno y cambios
políticos desde el exterior.
“Hay un
estudio formidable, que se hizo en 2011 en Londres cuando las grandes
movilizaciones que sacó a la gente para las calles. Ahí utilizaron las redes
sociales y prácticamente las acciones más violentas se generaron a través de
rumores que eran mentiras”, explicó Elizalde.
Esa es la
otra cara de la moneda. Ya es indiscutible que la comunidad de inteligencia de
EE.UU. a partir del bum tecnológico de las redes sociales, les han otorgado la
importancia que tienen políticamente. Para comenzar, citemos las palabras de
Hillary Clinton durante su toma de posesión como Secretaria de Estado, el 21 de
enero del 2009: “…es necesario utilizar la fuerza de internet contra los países
que combaten los medios de comunicación estadounidenses, sobre todo empleando
Facebook, YouTube, Flicker y Twitter para hacer llegar allí las voces de
EE.UU…”
Pero sus
declaraciones no quedaron ahí, pues meses más tarde, el 9 de agosto del 2009,
ante las cámaras de la CNN, Clinton confirmó algo que hasta ese momento negaban
sus funcionarios: “…Estados Unidos desempeñó un papel muy importante en la
supuesta «revolución verde» en Irán y fabricó falsos mensajes de iraníes,
divulgados a través de Twitter…entre bambalinas, nosotros hicimos mucho. Como
usted sabe, la juventud…, uno de nuestros jóvenes, del Departamento de Estado,
recibió un Twitter «Continúen», a pesar de que ellos habían planificado una
parada técnica. Así que nosotros hicimos mucho por reforzar a los que
protestaban sin mostrarnos. Y seguimos hablando con ellos y apoyando a la
oposición.”
Antes estas
afirmaciones, ¿podemos seguir pensando que Facebook, Twitter, YouTube, y muchas
otras son simples redes sociales para buscar o compartir con amigos? ¿Por qué
esta doble condición de las redes sociales?
Existe una
teoría detrás de las redes sociales, y sostiene que las personas del planeta
están relacionadas entre sí por no más de seis personas. Se conoce como Teoría
de los seis grados de separación. Básicamente, significa que si tomamos dos
personas diferentes del planeta y tratamos de ver si conocen gente en común
llegaremos a la conclusión de que están conectadas por una cadena de personas
conocidas que tiene, como máximo, cuatro intermediarios.
Interesante,
¿no? Esa es la razón por la que se esparcen rápidamente los mensajes alrededor
del mundo. La intención continúa siendo igual, imponer, dominar, controlar y
bombardear a través de ideas.
Hoy Internet
y las redes sociales han modificado las costumbres del ser humano, hasta en el
propio concepto de guerra. Los espacios físicos ya no son los protagonistas de
los hechos, ahora los espacios virtuales son los propicios para forjar
pensamientos de un grupo, una población, una nación. Ese es el espacio donde
“los amigos”, son llamados a levantarse, con otros colores y significados, ante
el poder constitucional.
Texto
relacionado:
Guerras sin
cañones (Parte I)
http://razonesdecuba.cubadebate.cu/articulos/guerras-sin-canones-parte-ii/#boletin20161114
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