LA INFORMALIDAD DEL TRABAJO.

LA INFORMALIDAD DEL TRABAJO.

 Por Hernando Arboleda.
La situación de los trabajadores informales en Ocaña y en todo el país es cada día más difícil. Son llamados “informales” aquellos trabajadores dedicados a labores de servicios varios, transporte en moto, trabajadores de construcción, artesanos,  comercio ambulante de todo tipo de mercancías, vendedores de tintos, minutos, frutas, verduras, ropa, gafas, y toda clase de chucherías.  La característica principal es que para estos trabajadores no existe estabilidad laboral ni un salario fijo, no tienen la protección del Estado, es decir, los beneficios que las leyes establecen en materia laboral y seguridad social, además, son catalogados por el gobierno como “piratas” o “ilegales,” incluyendo indiscriminadamente en este rango actividades de personas que están por fuera de la ley como atracadores, expendedores de estupefacientes, contrabandistas etc. etc.
Es la manera perversa de ocultar la responsabilidad  y la obligación que tiene el Estado de cumplir con un mandato constitucional  establecido en el artículo 25 que en la letra dice “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza,  en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.”
 Las distintas administraciones para salir del paso y dar la apariencia de que algo se  está haciendo en función de resolver el creciente desempleo  vienen hablando de la tal reconversión laboral, un invento que ya fue ensayado con los pimpineros (vendedores de gasolina) y cuyos resultados no se vieron por ninguna parte. El desempleo sigue su marcha  galopante en una ciudad que poco tiene para ofrecer a cientos de desplazados que llegan del campo y a jóvenes que terminan sus estudios secundarios o universitarios y quedan en el aire sin saber qué hacer.  Sin oportunidad de “un trabajo en condiciones dignas y justas.” Luego muchos se quejan y se preguntan, ¿de dónde surge tanta inseguridad? ¿Por qué tantos atracos Y robos? ¿Por qué la drogadicción,  y la mendicidad? Nadie parece relacionar una cosa con otra. Si no hay una ocupación que les permita vivir dignamente que hacen esa cantidad de desempleados. Y lo peor es que la única solución  que se les ocurre  a los gobernantes es la represión ya ocurrió en Bogotá con el Brons.
Esta semana, los moto trabajadores de Bucaramanga tuvieron que salir a protestar porque se les está negando  el derecho al trabajo con el mismo cuento, son ilegales. La persecución la hacen de distintas formas, con decretos, con prohibiciones, incluso violando las mismas normas de tránsito,  con inmovilizaciones abusivas, con comparendos amañados. En Ocaña y en todas partes la situación para los trabajadores informales es cada vez peor.

Ocaña, julio de 2016.




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