Mototrabajo en Colombia: Exclusión Estructural, Violencia Histórica y Dignificación Laboral


El mototrabajo en Colombia se ha consolidado como una de las principales estrategias de subsistencia para poblaciones excluidas del mercado laboral formal, afectadas por el conflicto armado o sin acceso a educación superior. Este articulo analiza, desde un enfoque social, político, económico y cultural, las causas que llevan a miles de colombianos a trabajar como mototrabajadores, apoyándose en estudios sobre informalidad, desplazamiento forzado y precarización laboral. Se concluye que este fenómeno no responde a elecciones individuales sino a condiciones estructurales de desigualdad persistente, ausencia estatal y estrategias culturales de resistencia comunitaria.

El mototrabajo —o trabajo basado en el uso de motocicletas, formal o informal— ha adquirido una creciente relevancia en Colombia, especialmente en regiones donde el conflicto armado sigue vigente, la presencia del Estado es limitada y las oportunidades laborales son escasas. De acuerdo con estudios sobre informalidad en el país, más del 60 % de la población económicamente activa participa en empleos informales (DANE, 2023), y el mototrabajo constituye una parte significativa de este sector debido a su bajo costo de entrada, flexibilidad y rapidez para generar ingresos.

 El sindicato único nacional de mototrabajadores de Colombia SUNMCOL presenta La gráfica que acompaña este estudio, evidencia motivaciones profundamente relacionadas con la vulnerabilidad social, la precariedad económica, el desplazamiento forzado y la discriminación estructural. Se amplía dicho análisis utilizando un enfoque multidimensional que incorpora perspectivas sociológicas, económicas, políticas y culturales, así como investigaciones académicas previas.

1. Dimensión Social: Exclusión y desigualdad persistente

La informalidad laboral en Colombia no es un fenómeno marginal, sino un rasgo estructural del sistema económico (Perry et al., 2007). La falta de acceso a empleos formales y la baja preparación académica señalada por los mototrabajadores coinciden con lo que Robayo (2021) denomina “circuitos de exclusión laboral”, en los que ciertos grupos sociales —en especial jóvenes de bajos recursos, adultos mayores de 30 años y población rural— quedan sistemáticamente fuera del mercado formal.

En muchas regiones del país, la motocicleta se convierte en una herramienta de movilidad y, simultáneamente, de supervivencia económica. Su bajo costo en comparación con otros emprendimientos permite que personas desempleadas generen ingresos inmediatos sin requerir altos niveles de capacitación. Esto convierte al mototrabajo en una respuesta colectiva a las fallas estructurales del mercado laboral.

2. Dimensión Política: Ausencia estatal y ambigüedad normativa

El mototrabajo revela tensiones profundas entre la regulación estatal y las prácticas económicas reales. Villamizar (2019) afirma que el mototaxismo, aunque ilegal en muchos municipios, persiste debido a la incapacidad del Estado para ofrecer alternativas de empleo y transporte efectivas. La percepción de discriminación hacia personas mayores de 30 años concuerda con estudios sobre políticas laborales que privilegian población joven en programas gubernamentales (Ministerio de Trabajo, 2020).

La ambigüedad normativa —entre prohibición, tolerancia y regulación parcial— produce un escenario en el que los mototrabajadores carecen de protección social, jurídica y laboral, lo que aumenta su vulnerabilidad. Según Torres (2020), esta situación evidencia un “vacío institucional” que impide formalizar una actividad que, aunque cuestionada, es esencial para la economía de zonas apartadas.

3. Dimensión Económica: Precarización, informalidad y economía del rebusque

El mototrabajo se inscribe dentro de lo que De Soto (2000) denomina “economía informal de supervivencia”, caracterizada por actividades económicas al margen del Estado, pero fundamentales para la subsistencia de millones de personas. En Colombia, la precarización laboral —manifestada en bajos salarios, inestabilidad y ausencia de protección— ha llevado a que incluso personas con educación básica o técnica recurran al mototrabajo como principal fuente de ingreso.

Adicionalmente, las regiones más afectadas por el conflicto armado presentan tasas elevadas de informalidad laboral (Ibáñez & Moya, 2010). En estos contextos, la motocicleta es más que un vehículo: es un medio económico adaptable que permite circular por territorios con infraestructura limitada o en situaciones de riesgo.

4. Dimensión Cultural: El rebusque, la movilidad y la identidad territorial

El mototrabajo también debe entenderse como un fenómeno cultural, inscrito en lo que Ortiz (2014) denomina la cultura del “rebusque”. Para amplios sectores populares, el trabajo informal no solo es una obligación económica, sino una forma de agencia y autonomía frente a un sistema que históricamente los ha excluido. Este imaginario cultural otorga legitimidad social al mototrabajo, en las regiones donde la actividad es ilegal. 

A la vez, la motocicleta ha adquirido un significado simbólico como herramienta de movilidad, independencia y, para muchos desplazados, como medio para reconstruir un proyecto de vida. Las redes de solidaridad entre mototrabajadores —compartir rutas y apoyo en emergencias— constituyen mecanismos comunitarios de cuidado que compensan la ausencia estatal (Ruiz, 2018).

El mototrabajo en Colombia es un fenómeno complejo que combina elementos sociales, económicos, políticos y culturales. Más que una elección individual, es una respuesta estructural a condiciones de desigualdad arraigadas, al impacto persistente del conflicto armado y a un mercado laboral incapaz de absorber la totalidad de la fuerza de trabajo.

A pesar de su precariedad, el mototrabajo también representa un acto de resiliencia y dignificación laboral. Para miles de colombianos, la motocicleta es un medio para reconstruir vidas truncadas, generar ingresos y obtener autonomía en contextos donde el Estado no garantiza oportunidades. En consecuencia, cualquier política pública que pretenda abordar este fenómeno debe considerar no solo su regulación jurídica, sino también su importancia social, económica y cultural en el país.

Miller Daza, 13 de noviembre 2025 

Referencias: 

DANE. (2023). Boletín técnico: Mercado laboral e informalidad en Colombia. Departamento Administrativo Nacional de Estadística.

De Soto, H. (2000). El misterio del capital: Por qué el capitalismo triunfa en Occidente y fracasa en el resto del mundo. Fondo de Cultura Económica.

Ibáñez, A. M., & Moya, A. (2010). Vulnerabilidad de la población desplazada en Colombia: Determinantes socioeconómicos del desplazamiento y sus consecuencias. Revista de Economía Institucional, 12(1), 63–94. 

Ministerio de Trabajo. (2020). Políticas de empleo juvenil en Colombia. Gobierno de Colombia.

Ortiz, C. (2014). El “rebusque” como práctica cultural en contextos de precariedad económica en Colombia. Revista Colombiana de Sociología, 37(2), 145–162.

Perry, G., Maloney, W., Arias, O., Fajnzylber, P., Mason, A., & Saavedra, J. (2007). Informalidad: Escape y exclusión. Banco Mundial.  

Robayo, A. (2021). Exclusión laboral y desigualdad en Colombia: Una aproximación estructural. Cuadernos de Economía, 40(82), 311–334.

 Ruiz, D. (2018). Redes de solidaridad en la economía informal urbana. Revista Latinoamericana de Estudios Sociales, 5(9), 89–115. 

Torres, J. F. (2020). Mototaxismo, ilegalidad y regulación: Tensiones entre economía informal y políticas públicas en Colombia. Revista de Administración Pública, 54(3), 425–448.

 Villamizar, C. (2019). El mototaxismo como respuesta socioeconómica en territorios periféricos. Análisis Político, 32(95), 102–125.

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